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Las vacaciones veraniegas de los vizcaínos van a ser este año muy especiales. Viajarán más que nunca, pero con importantes «limitaciones presupuestarias», según reconocen las principales agencias. La subida de precios y la pérdida de poder adquisitivo a causa de la inflación obliga a contener ... el gasto. Las familias acortarán la duración de sus escapadas -entre 10 y 12 días como mucho, en la mayoría de los casos-, ajustarán el presupuesto con destinos «accesibles» y alojamientos económicos -los hoteles de cuatro estrellas empiezan a ser un lujo, mientras la fórmula del 'todo incluido' gana enteros- y repasarán minuciosamente el coste de los vuelos antes de despegar.
Las tarifas están por la nubes. Vuelo que antes del coronavirus salían unos 600 euros, ahora se han duplicado. Los costes se han disparado en los últimos meses, especialmente a partir de febrero. De ahí que la venta anticipada «haya funcionado tan bien», reconocen en El Corte Inglés. Es imposible encontrar billetes, ni haciendo todas las escalas del mundo, por menos de «mil y pico» euros a Tailandia, advierte Miguel Heredero, director comercial de Pangea Bilbao, compañía especializada en trayectos de larga distancia. «Mucha gente viene preguntando por este destino confiando en lo poquito que costaba antes de la pandemia, pero en cuanto les informas de lo que sale ahora se echan atrás».
70% de los ciudadanos consultados por el Observatorio del Turismo Emisor asegura que se irá de vacaciones, el 16% lo considera probable y el 15% restante dice que no se moverá de casa. De estos, un 58% alega razones económicas. Entre ellos, el 28% señala el aumento de precios como causa para no viajar y un 26% apunta al descenso de los ingresos del hogar.
Los hoteles suben de media un 9,4% En Islas Baleares, no obstante, el incremento roza el 13%. La tarifa media diaria por habitación se sitúa en 102,9 euros frente a los 95,2 de hace un año. Según el Instituto Nacional de Estadística, comer también saldrá un pico. La restauración se ha encarecido un 7%.
625 euros. Es el gasto medio por persona, 15 euros por encima de 2022, pero lejos de los 714 de antes de la covid.
Y, lo que es peor, las tarifas no van a bajar. Ni a corto ni «a largo plazo». Al contrario. Apuntan a una subida constante. «Durante la pandemia las aerolíneas perdieron muchísimo dinero al frenar en seco la actividad y por las cancelaciones que soportaron. Ahora, con el encarecimiento del combustible, por la guerra de Ucrania, se resisten a bajarlas. Nada va a ser como antes», alerta Heredero.
El precio de los viajes a Nueva York con vuelo y hotel una semana se ha doblado y resulta una quimera encontrar ofertas por menos de 2.400 euros. Paquetes «sencillitos» que el año pasado andaban por 700 euros rozan ahora los 1.400. ¿Conclusión? Las subidas fluctúan, por término medio, entre un 25% y un 40%.
Están siendo, sin duda, las vacaciones más caras de la historia, pero los ciudadanos que pueden permitírselo «solo piensan en viajar, viajar y viajar». Aunque los típicos destinos europeos -París, Londres y Berlín- siguen muy demandados, este verano se significará por el descubrimiento de lugares «desconocidos y asequibles», según Ahmad Ezzedine, director de operaciones de Byblostours, empresa especializada en una clientela de alto poder adquisitivo.
Hay razones de peso. Estambul y Egipto, en su opinión, están «prohibitivos» al recibir una «demanda brutal» de adinerados turistas estadounidenses, rusos, alemanes y asiáticos. Han cambiado «las reglas del juego», mientras los proveedores han dejado en fuera de juego a muchos vizcaínos al duplicar el precio de las habitaciones con respecto a hace tres años. «A ello hay que añadir la altísima inflación de Turquía, por lo que se ha puesto imposible», subraya.
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Ante este escenario, numerosos vizcaínos han cambiado el paso y harán las maletas con destino al lugar de moda. Nadie le discute esta condición a Albania. «Jamás habíamos ido a este país, pero los bajos precios terminan seduciendo», reconoce Ezzedine. No hay agencia que no incluya Albania en su catálogos «como alternativa al Caribe. Sale un poquito más económico que irte a Riviera Maya o a Punta Cana, que es lo habitual», observa Heredero.
«Está funcionando muy bien», certifica Sergio Gómez, de Viajes Eroski. Igual que Bulgaria y Rumania, que han roto todos los pronósticos. Gómez asegura que otros dos destinos que están arrasando son Japón y Estados Unidos. «Es una pasada lo que estamos vendiendo», se felicita. También mantienen su tirón República Dominicana y Cuba, donde «se pueden pasar 7 noches por menos de 800 euros en un cuatro estrellas con pensión completa».
Fuera de estos lugares, Bizkaia mantiene su idilio con los destinos tradicionales de sol y playa de las costas e islas españolas, como Menorca, Lanzarote, Gran Canaria o Tenerife, donde Eroski ha preparado una oferta de 500 euros a la semana. El litoral mediterráneo, con Alicante, la costa dorada y Brava a la cabeza, tampoco pierde comba. Igual que las playas onubenses y gaditanas, que, un verano más, serán colonizadas por legiones de vascos. Según El Corte Inglés, aunque las reservas «van muy parejas» a las de 2022, las escapadas de corta estancia a las costas «se limitan a entre 4 y 6 días».
Otro signo más de las apreturas de un estío marcado por la incertidumbre económica reinante en numerosos hogares del territorio, golpeados por el incremento de las hipotecas. En tiempos de recortes, habrá un destino que se impondrá a todos los demás. La vuelta «al pueblo» será el sitio más demandado, aunque los alquileres en la costa vizcaína, especialmente, en localidades como Bakio y Plentzia salen por un ojo de la cara.
Muchísimas familias echarán la mirada a los veranos de los años 70, cuando enfilaban hacia las localidades burgalesas de Medina de Pomar y Villarcayo o a La Rioja. «El primer destino es el pueblo: Lekeitio, Laredo, Castro... Pero nadie se quedará en casa, ni por las elecciones», sentencia Sergio Gómez.
«Muchos clientes han escogido Bulgaria y Rumania porque Turquía y Egipto se han puesto imposibles de precio»
«Sucede todos los años, pero este con más motivo. El destino más demandado volverá a ser otra vez el pueblo»
«Viajar a Tailandia salía unos 600 euros antes de la pandemia. Hoy no encuentras billete por menos de mil»
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