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Gran humanidad y dedicación al servicio público. Fueron las dos cualidades que todos coincidieron en destacar ayer de Inocencio Alonso, el ertzaina de 51 años que falleció durante los incidentes previos al partido Athletic-Spartak de Moscú en San Mamés el pasado 22 de febrero. «' ... Ino' ha pasado a otra dimensión, pero vivirá eternamente en este pueblo», pronunció Felipe Lubián, alcalde de Lubián, mancomunidad a la que pertenece el pueblo natal del agente, Las Hedradas, en Zamora.
La aldea se quedó literalmente pequeña para acoger a los numerosos residentes de la comarca y visitantes que acudieron al homenaje, a las 19.00 horas, en honor de su vecino fallecido. «Como no hay aparcamiento, hemos puesto un microbús para que hiciera viajes desde la carretera trayendo a la gente», explicaba el edil, cuyo discurso emocionó a los presentes. En el acto se descubrió la placa de la calle que llevará su nombre, colocada en la fachada de su casa natal. También le han dedicado la fuente del pueblo, uno de sus rincones favoritos, donde 'Ino' «hacía sus juegos y batallas de agua y disfrutaba mucho». Su hermano, Juanjo, recordaba que él se encargaba de tirar al pilón a los nuevos que llegaban al pueblo. Tanto él como sus padres e hijos siguieron el acto «muy emocionados». 'Ino' volvía todos los veranos a Lubián y «participaba en todas las actividades, se llevaba bien con todo el mundo, era un gran dinamizador».
El nagusi de la Brigada Móvil, unidad en la que estaba destinado, con el uniforme de gala, compañeros y amigos, también acudieron ayer a Las Hedradas a arropar a los familiares del ertzaina.
Con apenas seis meses, 'Ino' y sus padres se trasladaron a Ermua, en Bizkaia, donde transcurrió el resto de su vida. El alcalde de esta localidad vizcaína, Juan Carlos Abascal, se desplazó hasta el pequeño municipio zamorano, ubicado en la zona de Sanabria, en la frontera con Orense, para participar en la ceremonia. «Le conocía a él y, sobre todo, a su hermano. Estudiamos juntos en el instituto», explicaba anoche a este periódico.
Abascal también dedicó unas palabras a ensalzar «el carácter de servicio público» del que Inocencio hacía gala y lo «buena persona que era, siempre dispuesto a ayudar a los demás. Es lo que necesitamos ahora en las administraciones públicas, gente como él». El edil vizcaíno recordó que cuando aún no se había licenciado en la Academia de Arkaute, ya mostraba su interés por el servicio ciudadano y cómo tras el accidente aéreo del monte Oiz, donde murieron más de un centenar de personas, «él estaba en Protección Civil echando un cable».
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