Vivienda permitirá levantar en suelos privados pisos de alquiler rebajado a precios «asequibles»

La primera consecuencia de esta fatal ecuación es que nunca les toca un piso en renta bonificada a los más de 7.000 inscritos en el Servicio Vasco de Vivienda, con unos ingresos que oscilan entre los 21.000 y 39.000 euros anuales, el tope permitido. Sin embargo, desde el Departamento de Ordenación del Territorio, Transporte y Vivienda tratan de abrir una vía alternativa para este segmento poblacional: animar a los promotores privados a que construyan en sus suelos inmuebles protegidos, pero garantizando que tengan un alquiler «asequible», es decir, sensiblemente más elevado que el público, pero también bastante más barato que el que rige en el mercado privado. No llegará a la mitad, pero en algunos casos casi.

No se trata de una mera propuesta, sino de una iniciativa en firme que empezará a materializarse el próximo otoño. El viceconsejero de Vivienda, Pedro Jáuregui, adelanta que después del verano se aprobará una orden que concretará las condiciones y asegura que estos pisos deberán garantizar un alquiler mínimo de 20 años. Un periodo que no podrá ser inferior, pero sí más amplio; «todos los años que nos propongan», subraya.

El promotor asumirá la inversión y las obras, aunque los pisos quedarán calificados como protegidos. A cambio, el Departamento que dirige el socialista Iñaki Arriola garantiza una rentabilidad «aceptable, en torno al 6%, estable y a largo plazo». Superado el plazo que se acuerde por encima de esos 20 años, el propietario podrá vender el inmueble, «aunque siempre ajustado a los precios públicos de la VPO».

¿Cuánto saldrán estos arrendamientos? Jáuregui matiza que serán «sensiblemente» superiores a los públicos y que quedarán «muy por debajo» de los del mercado libre. «Hemos elaborado una escala en función del municipio donde se construya y la condición es que la renta resultante sea siempre inferior a la que marque en esa zona la Estadística del Mercado del Alquiler (EMA)».

Es más, esta reducción también está regulada: se podrá cobrar menos, pero nunca más del 85% de la media que fije el índice elaborado por el Gobierno vasco en virtud de los contratos firmados que tiene en su registro. Y eso solo en Bilbao, Getxo y San Sebastián -donde la EMA confirma el elevado coste de un alquiler, por encima de los 10 euros el metro cuadrado- porque en el resto de localidades el porcentaje máximo puede bajar hasta el 70%, en función de dos tramos de ingresos.

Vivienda ha dividido la gama alta de ingresos de los inscritos en Etxebide en dos franjas: hasta 30.000 euros y hasta 39.000. En el primer caso, el alquiler máximo no podrá superar ese 70% (75% en las tres localidades antes mencionadas). La renta del mismo piso, sin embargo, subirá diez puntos para los que perciban unos ingresos máximos de 39.000 euros, «cantidad a la que creemos que llegan muchos más vascos que los que recoge el Servicio Vasco de Vivienda. Hasta ahora no se han molestado en apuntarse porque saben que no les van a adjudicar nunca un piso, pero ahora sí tendrán oportunidades».

Otra ventajas para los promotores es que serán ellos mismos los que adjudiquen los pisos en alquiler. «Sólo podrán hacerlo entre los inscritos en Etxebide, pero no estarán sometidos a los baremos estrictos de la administración pública y podrán optar por las franjas más altas para asegurar la ocupación de las viviendas».