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Tras el confinamiento, las denuncias por violencia en el hogar se dispararon en Bizkaia. En esos meses encerradas en casa con el agresor, las mujeres estaban «limitadas» para acudir a la Policía, para salir de esa situación; siempre con su pareja al lado, «controladas». El ... avance hacia la nueva normalidad en junio del pasado año, constata la Diputación en el 'Estudio sobre la violencia machista en el contexto de la COVID19', se tradujo en un aumento del 42,86% en las denuncias de maltrato con respecto al mismo mes del año anterior. Pero, según recoge el informe presentado esta mañana por la diputada de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, y la directora foral de Igualdad, Patricia Campelo, hubo otras situaciones imposibles de detectar.
Una de ellas fue la violencia sexual. De acuerdo a los datos que maneja el departamento, aumentó entre marzo y mayo empujada por el ciberacoso. Con la llegada del verano, sin embargo, se desplomó «debido a la ausencia de fiestas populares y al cierre de discotecas», dos escenarios en torno a los que suceden buena parte de los ataques. Entre junio y octubre de 2019 tuvieron lugar 121 delitos de estas características; en 2020 se pusieron en conocimiento de las autoridades casi la mitad, 64.
El estudio, en el que han participado sanitarios, policías, víctimas y responsables de recursos públicos y asociaciones que prestan ayuda a las maltratadas, incide en que esa cifra es mayor. Muestran su «preocupación» porque, «muy posiblemente», se hayan producido agresiones sexuales en «fiestas clandestinas e ilegales», bien sean en pisos, en locales... «En esos contextos», explican, es «muy difícil» que se llegue a conocer «el número de abusos cometidos», dado que crece la «ya habitual dificultad» de que se denuncie este delito porque esas víctimas, cuando lo fueron, estaban «saltándose las normas del Estado de Alarma».
Los datos tampoco revelan, a juicio de los expertos, «la violencia sexual dentro de la pareja» durante el confinamiento. «Esta violencia dentro de la pareja no se suele denunciar, salvo casos muy graves o que hayan puesto a la mujer en una situación límite y no le haya quedado más remedio», apuntan.
Laespada ha lamentado que «el confinamiento ha añadido sufrimiento a las víctimas de la violencia machista», que estuvieron «atrapadas, el agresor se siente impune, inmune». La diputada ha señalado también que la experiencia de este año y medio «nos deja la lección de la importancia de lo público» para reforzar servicios. De ahí que el Servicio de Acogida de Urgencia a Víctimas de Violencia Machista de la Diputación pasara de 16 plazas a 24.
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