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Martín Ibarrola
Jueves, 1 de marzo 2018, 10:18
La plantilla del hospital de Santa María de Bilbao ha demostrado su vocación con creces. La nevada nocturna bloqueó ayer los accesos a este centro sanitario, ubicado en la ladera de Artxanda y especializado en enfermedades neumológicas y pacientes crónicos. Debido al temporal, ... la línea de Bilbobus que usan habitualmente los sanitarios quedó anulada. Los quitanieves lograron abrir una vía en la carretera de Santo Domingo, pero solo unos pocos conductores se atrevieron adentrarse por este sendero resbaladizo. Uno de ellos era el gerente de Santa Marina, José Luis Sabas. «Estoy acostumbrado a conducir bajo la nieve alavesa. De todas maneras, en estos momentos uno debe ser osado. Entre los pacientes había personas que tenían diabetes y que no podían saltarse un desayuno», explicaba.
Lejos de amedrentarse, organizó a las pocas personas que habían superado el alto de Santo Domingo y a los que habían alargado voluntariamente la guardia de la noche. Entre todos salvaron el servicio. El jefe de Servicios Generales, que antiguamente había trabajado en la cocina, agarró un delantal y se puso detrás de los fuegos. Le siguió otro administrativo, mientras los encargados y operarios que no atendían tareas urgentes subían cafés con leche y natillas a las habitaciones... «La mayoría de los que estaban allí llevaban toda la noche de guardia y necesitaban un descanso. Teníamos que traer al resto como fuera, así que cuando se despejó mínimamente, un pequeño grupo decidimos montar una lanzadera por nuestra cuenta».
Comprometido
Personal sanitario y de mantenimiento llevaban horas esperando en las paradas de la Plaza Circular, el Ayuntamiento y el Parque Etxebarria. «Ninguno se había vuelto a casa. Aguantaron estoicamente. La verdad, no podría estar más orgulloso de nuestro personal, ¡son tremendos!».
Sabas calcula que realizarían alrededor de 40 subidas y bajadas. Para las once, la situación superó sus capacidades y decidieron recurrir a las autoridades. La directora de Enfermería, que aguardaba junto a una treintena de compañeros en la parada de la plaza Erkoreka, se acercó a la puerta del Consistorio y solicitó ayuda. «Pedimos auxilio al Ayuntamiento y nos los dio», cuenta Sabas, que durante el mandato de Azkuna fue concejal del PNV. Un furgón y ocho patrullas de la Policía Municipal trasladaron a un total de 32 profesionales hasta Santo Domingo.
32 profesionales fueron posteriormente recogidos por la Policía Municipal. Antes, José Luis Sabas, en la foto, había hecho de ‘taxista’.
Mientras ocurría todo esto, el jefe de Neumología no se lo pensó dos veces y subió andando desde el centro de Bilbao hasta el hospital. La temperatura ni siquiera alcanzaba los cero grados. Otros compañeros que se habían quedado atascados en el camino, aparcaron en el arcén y continuaron a pie la distancia que los separaba del centro, antaño conocido por tratar la tuberculosis.
Situación de emergencia
«Es un paraje precioso y saludable, pero trabajar en un lugar tan alto tiene una hipoteca, el transporte no siempre funciona». A pesar de los elementos, Santa Marina salvó ayer el servicio. El desayuno solo llegó 15 minutos tarde.
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