i. álvarez
Martes, 14 de abril 2020, 01:24
En los últimos tiempos, los carniceros tradicionales, que tienen que lidiar con una imparable bajada del consumo de carne per cápita, cada vez optan más por ir diversificando sus ingresos. Además de la carne al corte, ahora ofrecen productos elaborados por ellos mismos para aquellos ... consumidores que valoran la comodidad. También amplían su gama de productos, hasta el punto de que muchas carnicerías son verdaderas tiendas gourmet. Y, durante el confinamiento, han tenido que dar otra vuelta de tuerca más para hacer llegar su género a los consumidores.
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La semana pasada, la cooperativa Harakai, integrada por 300 ganaderos experimentados en la producción de carne certificada con el distintivo de calidad Euskal Okela, puso en marcha la venta a domicilio de chuletas. El éxito ha sido tal, que se han visto «desbordados» de 'whatssapps', la vía utilizada para hacer los pedidos, hasta el punto de que han tenido que contenerlos porque no llegaban a todos. En el extremo contrario está el cordero. Como restaurantes y txokos están cerrados, su comercialización ha sufrido un parón notable. Desde el sindicato Enba, animan a consumirlo en casa. «Seguimos teniendo motivos para celebrar -apelan-. Un cumpleaños, por ejemplo».
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