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Diana Martínez
Domingo, 29 de diciembre 2024, 00:46
En los últimos veinte años la morosidad en las comunidades de vecinos tuvo un «descenso importante», pero la pandemia y la necesidad de rehabilitar los edificios han generado un «aumento sensible» en los índices, afirma Pablo Abascal, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de ... Bizkaia y del Consejo General de Colegios de Administraciones de Fincas de España.
- Uno de los principales problemas que siempre se han dado en las comunidades de vecinos son los impagos.
- Sí. Hace 25 años los administradores de fincas sacaron adelante en el Congreso de los Diputados una iniciativa legislativa popular conocida como proceso moritorio para casos en los que propietarios pagaban primero el coche o las vacaciones pero no la comunidad, lo que para el resto de vecinos era un sinvivir. Desde entonces, al tratarse de un procedimiento muy rápido y ágil que obligaba al moroso a pagar, se produjo un descenso importante en los índices de morosidad. Pero debido a circunstancias puntuales ha habido un repunte.
- ¿A nivel general o solo en Bizkaia?
- Se ha dado en menor medida en Bizkaia que en el resto del Estado. Ha habido un aumento sensible en el índice de morosidad. Hay más casos de los que había hace cinco años, desde luego la pandemia ha hecho mucho daño. Pero son momentos puntuales. Seguro que ahora en Valencia se va a disparar la morosidad. Muchos se quedan sin trabajo, sin nada... ¿Cómo van a pagar?
- ¿Cuál es el motivo de este repunte?
- La pandemia ha hecho mucho daño. Entre los ERTE y los negocios que cerraron estaba justificada de alguna manera la bajada de ingresos y la dificultad a la hora de hacer frente a los gastos. Aun con el proceso moritorio no puedes demandar a alguien que no tiene más patrimonio que el piso que posee a medias con el banco por la hipoteca. También coincidió hace dos años con la subida del gas, se multiplicaba por cinco el precio del combustible, y salvo gente económicamente muy solvente la opción era quitar la calefacción o fraccionar el pago.
- ¿Es la rehabilitación de edificios otra preocupación?
- Los edificios residenciales están mal o escasamente conservados. Llevar adelante los acuerdos en las comunidades de propietarios es un proceso muy lento y complejo: convocar una junta, pedir proyecto de arquitecto, aprobarlo, pedir presupuesto... Todo eso se dilata en el tiempo para satisfacción de quien no tiene dinero o no quiere pagar. Si a esos edificios, por averías como inundaciones por mal estado del tejado, les metes unas derramas de un año pagando 420 euros al mes, pues hace daño, porque la gente vive al día, el nivel de ahorro en las familias es mínimo.
- ¿Cuál es la tónica general en Bizkaia?
- Como curiosidad, pagan mejor en los barrios humildes. Por ejemplo, cuando se reforma la fachada en un edificio de Otxarkoaga y cada vecino, que cobra un salario ajustado, debe aportar 20.000 euros, lo paga. Sin embargo, en la Gran Vía la situación es distinta. Están muy contentos de vivir ahí pero también tienen más gastos. Además de pagar los 20.000 euros de fachada, también costean el campo de golf, el coche de alta gama, la universidad... Son peores pagadores. En ocasiones te encuentras con calles céntricas de Bilbao como Rodríguez Arias y Elcano donde algunos no pagan.
- ¿Qué se puede hacer ante un vecino moroso?
- Los administradores de fincas buscan siempre hacer una labor de mediación y conciliación. Existen caraduras, pero si alguien no puede pagar de verdad se puede acordar un compromiso de pago de forma amistosa aunque la cantidad que tenga que aportar sea mínima. Por ejemplo, que en vez de costear la calefacción en seis meses, lo haga en doce. No es lo mismo para la comunidad el ingreso cero que la mitad durante unos meses cuando al final del año va a haber solvencia al gasto. El último reducto es llevarlo ante el juzgado. Se intenta siempre la mediación antes que ir a juicio, porque ahí se crea otro problema: se genera una animadversión entre el demandado y la comunidad.
- Y en esa instancia, ¿los plazos son una traba?
- Son un problema. Oyes a un magistrado citar a las partes en un mes en un proceso moritorio, pero no es así. Los juzgados están colapsados, los procedimientos son muy lentos. Lo que teóricamente podría ser más rápido, en la práctica no lo es. A nivel de Bizkaia, supone un mínimo de cuatro meses para que notifiquen a las partes.
Los fondos europeos son un recurso que tiene como fin empujar la recuperación económica tras la pandemia en varios ámbitos, como la industria del coche eléctrico y de las renovables. El capítulo de la vivienda es el que más respaldo ha recibido, con 285 millones de euros repartidos en subvenciones para rehabilitación de hogares. Pero hay vecinos que «no los quieren», apunta Abascal. «Piensan '¿voy a pagar por aislar mi fachada para ahorrar en calefacción cuando me va a suponer 700 euros al mes durante diez años?'. Muchos no pueden pagarlo y, además, no quieren. Y está justificado. Según la edad de los vecinos, no lo van a amortizar». «Normalmente es el edificio en cuanto a su necesidad, a veces urgente, de conservación el problema para las comunidades».
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