La Variante Sur Ferroviaria se atasca por las diferencias entre la Diputación y Barakaldo

El Consistorio baracaldés ha remitido al Ejecutivo vizcaíno un informe técnico con el que le pide que reconsidere la autorización que ha emitido para 'salvar' El Regato mediante un viaducto de 130 metros. El Gobierno local reivindica desde hace años que se soterre el trazado en ese punto excavando un túnel bajo el río Castaños, a 250 metros de profundidad, para evitar el impacto que tendría un puente en el pulmón verde de la localidad. La alcaldesa Amaya del Campo calificó en 2015 el proyecto como una «barbaridad medioambiental». En 2018 hizo lo propio el exregidor Tontxu Rodríguez.

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Octavio Igea

El análisis elaborado por Anbiotek, empresa especializada en la gestión de cuencas fluviales, parece la última bala fabril. Fue enviado en diciembre. Aunque el Estudio Informativo y la Declaración de Impacto Ambiental que avalarán la ejecución de la VSF deben ser aprobadas por el Consejo de Ministros, es el Departamento foral de Sostenibilidad y Medio Natural el que tiene competencia exclusiva sobre el río y su entorno, por lo que debe dar el visto bueno previo.

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La discordia institucional sobre El Regato lleva años sobre la mesa. El último boceto de la VSF elaborado por el Gobierno central en 2015 solo contemplaba la opción del viaducto para evitar el Castaños, el barrio de Gorostiza y la carretera que surca la zona. En 2017 la responsabilidad de diseñar el trazado ferroviario pasó a manos del Ejecutivo vasco tras un acuerdo PP-PNV, y ahí sí que surtió efecto la presión de la corporación baracaldesa, liderada por los nacionalistas.

La revisión del proyecto realizada por la ingeniería Fulcrum para Euskal Trenbide Sarea (ETS) fue presentada en 2019. Añade la alternativa de ejecutar un subfluvial, pero no elige entre éste y el viaducto. Deja la decisión en manos de «los organismos responsables». Esto es, primero la Diputación por sus competencias medioambientales y después el Gobierno central. Aunque la obra la va a ejecutar Lakua gracias a la encomienda de gestión, la pagará el Ministerio de Transportes.

En este punto sigue la cuestión cuatro años después. Según la documentación a la que ha tenido acceso EL CORREO, el Gobierno foral ha emitido en este tiempo tres informes en los que defiende la construcción del viaducto. El primero en 2019 a petición del Ministerio de Transportes; el segundo en 2020 a instancias de ETS; y el tercero en 2021 para el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco). En el centro del argumentario de la Diputación aparece siempre un diminuto animal: el pez espinoso.

Se trata de una especie catalogada como «vulnerable», para la que el Gobierno foral tiene en marcha desde 2008 un plan especial de protección. La zona del Castaños por la que pasará la VSF es uno de sus principales hábitats en Bizkaia, así que la Diputación «descarta» una y otra vez autorizar un soterramiento por la «amenaza» que supondrían los trabajos y la futura infraestructura para la supervivencia del espinoso. Tal es su blindaje que el Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural avala la ejecución del viaducto con condiciones. Prohibe que sus obras se desarrollen entre el 1 de abril y el 31 de agosto de cualquier año porque se trata del «periodo crítico para la reproducción de la especie».

Una vez que las directrices forales habían quedado claras, el Miteco estaba ultimando la Declaración de Impacto Ambiental, necesaria para que el trazado definitivo sea aprobado después por el Ministerio de Transportes. Pero la nueva alegación del Ayuntamiento de Barakaldo ha obligado a detener el proceso en Madrid hasta que la Diputación decida si mantiene su postura o la cambia. Los técnicos de la administración vizcaína deben revisar el extenso documento recibido y emitir un nuevo informe de respuesta.

El análisis remitido por el Consistorio fabril asegura que el pez espinoso «no está presente» en el tramo del Castaños bajo el que se propone soterrar la VSF y, en todo caso, defiende que se trata de una especie capaz de resistir fuertes cambios en el entorno. La zona del río más próxima al centro urbano fue canalizada en los 80 y la que bordea el centro comercial Megapark, desviada en los 90.

El otro gran argumento que plantea el Ayuntamiento es que la Diputación otorgó el año pasado una autorización a la Agencia Vasca del Agua para actuar sobre el cauce del Castaños en El Regato, muy cerca del punto sobre el que se debate. URA ha ejecutado unas obras de «renaturalización» de la zona que el Gobierno foral considera que a largo plazo «serán beneficiosas» para el pez espinoso.

A las pocas semanas de la interposición del nuevo recurso, el presidente del Puerto, Ricardo Barkala, expresó en una entrevista concedida a este periódico su inquietud por el retraso que acumula la Variante Sur Ferroviaria. «Estoy muy preocupado», aseguró sin desvelar mayores detalles. A finales de enero, la junta directiva de Uniport Bilbao, el clúster de empresas ubicadas en las instalaciones marítimas, trasladó esa misma sensación al Gobierno vasco durante un encuentro mantenido con portavoces del Departamento de Transportes. Las fuentes consultadas ponen el foco en Barakaldo y la Diputación, pero también reprochan al Ejecutivo autonómico un largo periodo de «inacción».

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El pez espinoso, en el centro del debate

La Diputación rechaza soterrar el trazado bajo el Castaños porque esa zona del río acoge ejemplares del pez espinoso. Se trata de una especie catalogada como «vulnerable». El Gobierno foral mantiene activo desde 2008 un plan especial de protección que impide cualquier actuación en lechos fluviales que no promueva su recuperación o la «eliminación de amenazas» para su supervivencia. Se trata de un pez que no suele superar los 5 centímetros cuyo principal rasgo son varias espinas exteriores.