El último reducto del partido de Gorordo deja el Ayuntamiento

Psiquiatra de profesión y ganadero de bravo, fue uno de los cinco ediles que irrumpieron como tercera fuerza política de la ciudad en el último mandato de Josu Ortuondo, solo por detrás de nacionalistas y PP. Cuando al cabo de unos meses estallaron las tensiones internas y tres de los concejales abandonaron el grupo, fue el único que se mantuvo fiel a Gorordo y ambos revalidaron sus actas en los comicios de 1999. Pese al retroceso electoral, supieron aprovechar la debilidad de la coalición PNV-EA −solo sumaban 9 de los 29 ediles− y acabaron firmando un pacto de Gobierno por el que el propio Rekagorri se convirtió en segundo teniente de alcalde de Iñaki Azkuna, concejal de Salud y Consumo y presidente de Viviendas Municipales. Fue, de hecho, el único representante de ICV que mantuvo su asiento los dos mandatos enteros, ya que el mediático exregidor se marchó en 2002 al Tribunal Vasco de Cuentas y fue sustituido por su hija.

Con la disolución del partido, que acabó pidiendo el voto para el PNV, Rekagorri pasó al Departamento foral de Acción Social, donde fue director de Planificación, Estudios e Inspección, y posteriormente de Administración y Planificación, durante doce años. Precisamente allí, en la Diputación, trabajó tanto con Pombo como con el actual alcalde, Juan Mari Aburto, quienes en 2015 lo repescaron para el área en calidad de asesor con una retribución anual de 67.086 euros. Fuentes municipales aseguran que se está estudiando su reemplazo, aunque todavía no hay ninguna decisión tomada.