Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Las instituciones vascas lo han logrado. Tras el fiasco de la Eurocopa que se iba a celebrar a Bilbao y que finalmente se fue envuelta ... en la polémica a Sevilla, la UEFA asume su culpa por retirar de manera unilateral la competición a la villa e indemnizará a la sede de la capital vizcaína. Y con creces. No solo le abonará los 1,3 millones de euros que se había gastado preparando la competición, sino que además se compromete a traer a San Mamés una final de la Europa League y otra de la Champions femenina. Y con fechas fijadas: 2024 y 2025, según anunció ayer el alcalde, Juan Mari Aburto. Esta decisión se ratificará en la reunión que mantendrá la UEFA en los primeros días de julio.
La presión ejercida por el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco ha surtido efecto y el acuerdo se alcanzó ayer. La idea es compensar los gastos asumidos por las administraciones vascas y, al mismo tiempo, contar con un resarcimiento por el lado reputacional. Demostrar que aquí se puede celebrar con solvencia una gran cita deportiva.
Las instituciones vascas han mostrado su «satisfacción por haber hecho valer el trabajo serio, profesional, coherente y responsable realizado en el proyecto Euro 2020, y por haber actuado con firmeza para defender y potenciar los intereses de la ciudadanía vasca en general». También por «haber conseguido dos eventos deportivos de gran incidencia internacional y económica para los próximos años».
La UEFA decidió llevarse la Eurocopa a Sevilla cuando el Gabinete de Urkullu reclamó unos requisitos sanitarios muy exigentes para que pudiese entrar público en San Mamés. Los gestores del fútbol continental querían gente en las gradas y entendían que los requerimientos de Salud impedían, de facto, la entrada de público. En concreto, el Departamento dirigido por Gotzone Sagardui pedía que el 60% de la población vasca y española estuviese ya inmunizada, que la ocupación hospitalaria por covid fuese menor del 8% en Euskadi, la de camas UCI inferior al 2% y la trazabilidad de los casos, superior a un 90%. Algo que se percibía inalcanzable y que venía a garantizar que la competición se celebrase a puerta cerrada.
Ahora en la capital andaluza, con aforo limitado a 15.000 personas, la previsión de impacto económico en la ciudad es de 61 millones de euros, teniendo en cuenta el gasto en hoteles, restaurantes, comercio, transporte y monumentos, según las administraciones andaluzas. Añadiendo el impacto mediático por las retransmisiones televisivas, se eleva a 203 millones.
No ha podido ser aquí este año, pero la parte positiva es que la compensación puede ser incluso más interesante, ya que hay que suponer que las finales de la Europa League y la Champions femenina llegarán en un momento sin restricciones de aforos. Según avanzó el alcalde de Bilbao, serán en 2024 y 2025. Es un horizonte prometedor para una ciudad que pugna por grandes eventos y que, tras la cuarentena de la pandemia, solo tiene en cartera, como cita de relumbrón, el arranque del Tour de 2023.
En la nota donde las administraciones vascas han divulgado este logro se insinúa que los gestores del fútbol europeo han accedido a todo lo anterior ante el riesgo de un varapalo en los tribunales. «Las instituciones vascas han negociado estas semanas con la UEFA, mientras preparaban una demanda judicial por incumplimiento unilateral del contrato». En este sentido, hay que recordar que desde el Ayuntamiento de Bilbao ya se había incidido en ello. La alcaldesa en funciones cuando se conoció la marcha de la competición a Sevilla era Amaia Arregi, quien avisó de que «en las relaciones contractuales hay obligaciones por ambas partes». Pocos días después, el concejal de Desarrollo Económico, Xabier Ochandiano, reveló que iban a exigir un resarcimiento económico.
Juan Mari Aburto Alcalde
Alfonso Gil Portavoz del PSE
Jone GoirizelaiaEH Bildu
Ana Viñals Elkarrekin Bilbao
Raquel González Portavoz del PP
Todo esto ocurrió en medio de una tormenta política muy sonada a cuenta de lo que supone la presencia de la selección española de fútbol jugando en Bilbao como local. Desde que en 2014 se lograse traer a la ciudad la Eurocopa de 2020 (ahora aplazada a 2021 por la pandemia), hay sectores del PNV muy incómodos con el asunto. Pero fue un empeño casi personal del entonces alcalde, Iñaki Azkuna. Lo que con mucha insistencia se viene denunciando desde el PP, y también sospechan muchos socialistas, es que los jeltzales utilizaron la pandemia para quitarse de encima la cita deportiva, exigiendo para ello requisitos sanitarios imposibles de cumplir de cara a la presencia de público.
Frente a estas acusaciones, tanto el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, como el concejal Ochandiano no se cansaron de reiterar su compromiso con la cita deportiva y sus intentos por mantenerla. Eso sí, sin cuestionar en ningún momento los requerimientos sanitarios que llegaban desde Lakua. Finalmente, la UEFA resarcirá a la capital vizcaína.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.