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La crisis sanitaria, económica y social desatada por el coronavirus no ha dado al traste con el doble túnel que la Diputación planea bajo la ría, que avanza según lo previsto para enlazar en el primer trimestre de 2028 las dos márgenes del Nervión ... en apenas tres minutos. La institución foral acaba de adjudicar el proyecto constructivo -algo así como el manual de instrucciones para ejecutar y poner en servicio el subfluvial entre Getxo y Sestao-, a una unión temporal de empresas formada por tres ingenierías vizcaínas: Idom, Sener y Euskontrol. La UTE presentó en el concurso público convocado el pasado enero la mejor oferta, de 8,9 millones de euros, rebajando un 15,1% la base de licitación inicial, que era de 10 millones.
El proyecto constructivo, que se llevará a cabo durante los próximos 33 meses, deberá arrojar algo más de luz sobre los estudios previos realizados durante el último año y medio para encajar una infraestructura estratégica para el territorio, porque completará junto con la segunda fase de la Supersur la gran variante de la Bizkaia metropolitana. Así, los expertos tendrán que definir con detalle los aspectos técnicos esenciales para la construcción del túnel: sus características, trazado exacto, la multimodalidad, el método de construcción o los enlaces en ambas márgenes con la red de alta capacidad actual.
En esta tarea, las ingenierías no partirán de cero. Cerca de 200 sondeos geotécnicos realizados en tierra y mar han permitido caracterizar los terrenos que atravesarán las dos galerías y sacar ya algunas conclusiones. Entre ellas, que la infraestructura avanzará entre las rotondas de Artaza, en los términos municipales de Getxo y Leioa, y la de Ballonti, a caballo entre Portugalete y Sestao. También que sólo 200 metros del trazado, de 3.037 metros de longitud, discurrirán sumergidos, y que las galerías alcanzarán los 40 metros de profundidad en su parte más baja.
Para dar mayor concreción al proyecto que se plantea como alternativa al puente de Rontegi será necesario acometer nuevos trabajos. Sondeos geológicos y geotécnicos más exhaustivos que los efectuados hasta ahora, así como nuevos estudios de impacto de la puesta en servicio del túnel en los tráficos de la red de alta capacidad. Según las primeras estimaciones, el subfluvial podría captar una media de 51.000 vehículos al día, sacando 14.000 de La Avanzada, 18.000 de la A-8 en Barakaldo y 35.000 del propio viaducto, que ahora soporta el paso diario de 140.000 vehículos.
El método constructivo más adecuado para ejecutar la infraestructura será otra de las incógnitas a despejar. Los estudios previos desarrollados sobre el terreno han puesto de manifiesto que el recorrido previsto permite la utilización de tres: el convencional, de tuneladora o el sistema de cajones 'cut and cover'. La elección de uno u otro determinará el coste de la obra, que oscilará entre los 337 y los 403 millones de euros.
El túnel bajo la ría enlazará con la red de alta capacidad en las rotondas de Ballonti y Artaza, con ramales propios de salida para aquellos movimientos de tráfico con mayor demanda y evitando su entrada en las glorietas. El proyecto constructivo deberá definir con exactitud cómo serán esos enganches, minimizando las afecciones urbanísticas y garantizando la fluidez y seguridad de la circulación. Además, las ingenierías tendrán que aclarar la multimodalidad del subfluvial, cómo abrirlo a otros medios de transporte más allá del vehículo privado. Su última misión pasará por ejecutar un modelo de la infraestructura en tres dimensiones, un gemelo digital que permita optimizar su construcción y mantenimiento.
«Con el nuevo paso que damos este miércoles, ganamos un futuro mejor para Bizkaia. Es muy importante que los proyectos estratégicos sigan adelante, a pesar del Covid», destacó ayer el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales, quien también llamó la atención sobre la inversión que hace la Diputación en el proyecto en un momento especialmente delicado por efecto de la pandemia. «La administración debe utilizar la inversión pública como palanca para hacer frente a la crisis económica y ganar competitividad». Y «un proyecto estratégico como el del túnel bajo la ría genera empleo y actividad económica», subrayó.
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