Las tres vidas del 'Txinbito'

La jubilación de esta emblemática embarcación le llega con 33 años. Su propietario, la empresa Amarradores de Bilbao, reconoce que «ya no da más de sí» y menos «para llevar a gente». «Antes de que haya problemas de seguridad, hay que retirarlo», reconoce Javier Peña, gerente de la firma. Este 'Txinbito' es heredero de aquel otro que transportaba pasajeros por el cauce a mediados del siglo pasado, cuando la capital vizcaína y las localidades de ambas orillas del Nervión vivían por y para la industria.

«En los 70, cuando se 'jubiló' el primero, nos hicimos con un sustituto. Oficialmente se llamaba Sergemar III pero, por cariño y tradición, todos le conocían con el nombre de su antecesor», recuerda. Durante años, hizo las veces de barco de paseo para diversos actos, como la procesión marinera de El Carmen de Santurtzi, y habitualmente era alquilado para enseñar la perspectiva desde el agua a quienes acudían, por ejemplo, al BEC a distintos eventos. Tras varias décadas de actividad, el paso del tiempo obligó a retirarlo en 2005.

Visto que sus servicios seguían teniendo demanda, Amarradores adquirió un sustituto que, esta vez sí, fue rebautizado como 'Txinbito' de manera oficial. Es el mismo que ahora dice adiós. Un barco de 25 metros de eslora, 7 de manga, 2,90 de calado, y con capacidad para 150 personas y cinco tripulantes. «Lo trajimos de las Islas Baleares, allí hacía rutas entre Ibiza y Formentera. Ya tenía unos años, pero era más grande que el anterior y nos gustó», explica.

En estos trece intensos años de singladura, la cubierta del barco ha sido testigo de numerosas celebraciones como bodas, aniversarios, y alguna que otra juerga. «Algunos hosteleros hasta lo han alquilado para organizar fiestas», cuenta Peña. Su clientela siempre ha sido fiel y por eso, al enterarse de que cesaba su actividad de manera definitiva, han llegado a proponer que se haga algo especial. Amarradores de Bilbao, sin embargo, ha descartado todas las propuestas.

«Nosotros estamos en Portugalete, estamos muy ligados a la villa y siempre nos han llamado para la procesión de la Virgen de la Guía, para llevar a invitados o a la santa. Así que pensamos que el último acto debería ser ese, acompañarla en la que será la ultima travesía del Txinbito», desvela el responsable de la empresa.

– ¡Pero traerán un sustituto! ¿Un 'Txinbito IV'?

– No, no habrá más.

La decisión es definitiva y ha sido meditada. «Antes el barco tenía una razón de ser. Éramos los únicos que prestábamos ese servicio. Ahora hay muchas empresas que lo hacen y no vamos a competir en un mercado, el turístico, que no es el nuestro», argumenta con conocimiento de causa el gerente de Amarradores de Bilbao. La empresa, al fin y al cabo, se dedica a dar servicio al Puerto y a sus barcos. El 'Txinbito' era algo «complementario cuyo mantenimiento es ya demasiado costoso», apostilla.

Así pues, mañana, cuando el último invitado de la procesión marítima de la Virgen de la Guía baje de cubierta, su destino quedará sellado: el desguace. «A no ser que llegue un mecenas y quiera comprarlo para convertirlo... no sé... en un barco-bar en tierra o en un restaurante flotante de amarre fijo», aventura medio en broma, medio en serio Javier Peña. Nunca se sabe.