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El mes de julio arranca con malas noticias para el tráfico pesado que circula por Bizkaia. Los peajes para camiones de más de 3,5 toneladas dejan de ser exclusividad de las rutas convencionales y a partir de hoy mismo la Diputación comienza a cobrar ... también por el uso de las vías de alta capacidad. La A-8, el Corredor del Txorierri y el alto de Kanpanzar se suman a las rutas de pago. El precio oscila entre los 0,34 euros en los arcos de Portugalete y Urioste, a los 2,83 del existente en Iguria, pero el importe se encrementará en función del tonelaje. «Las tarifas son costosas, 12 euros desde Larrabetzu hasta la muga de Cantabria, por ejemplo», se quejan desde el sindicato de transportistas Hiru.
El anuncio de la activación del sistema fue realizado hace poco más de una semana por el diputado de Infraestructuras, Carlos Alzaga. Según explicó, la institución foral llevaba ya tiempo dándole vueltas a la idea de ampliar la red viaria de pago para camiones, que tiene como objetivo rebajar el número de vehículos pesados que circulan en el entorno de los grandes núcleos urbanos.
Los arcos de la carretera que controlan el paso del transporte mediante la lectura de matrículas estaban instalados desde septiembre del año pasado. Unos meses después, en diciembre, la institución que preside la jeltzale Elixabete Etxanobe aprobó las nuevas tarifas para 2024, que contemplaban ya los precios previstos para estas tres nuevas rutas. Quedaba por ver cuándo comenzaba a implantarse la medida.
El Departamento de Infraestructuras tenía sus dudas. No sabía si sería mejor dejar correr el verano y comenzar a cobrar en septiembre o adelantarlo al principio del verano, cuando la circulación pesada es más limitada por efecto de las vacaciones. Esta segunda opción, según cuentan, tenía a su favor el efecto psicológico que supone ir haciéndose a la idea del desembolso añadido de manera más paulatina. Finalmente, la opción de comenzar a recaudar antes ganó peso y se decidió que la medida entrara en vigor el 1 de julio, es decir hoy.
La iniciativa busca limitar el impacto ambiental y el riesgo de accidentes forzando a los transportistas a utilizar rutas alternativas que les permitan realizar el mismo recorrido, en concreto la AP-68 y la Supersur, que también son de pago. La Diputación ampara esta medida en los resultados obtenidos con los arcos de peaje de Barazar y Orduña.
Ambos dispositivos han logrado disuadir del uso de estas carreteras a uno de cada cuatro vehículos. En la BI-625, la carretera que atraviesa Orduña, la circulación de vehículos pesados se ha reducido en un 30%, mientras que en la N-240, que une Bilbao con Tarragona a través de Barazar, ese «buen resultado» se eleva al 39%. La Diputación insiste en que no se trata de ingresar más, sino reordenar el tráfico para lograr una circulación mejor y una Bizkaia más respirable.
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