Travesía de Cornualles a Gaztelugatxe en 142 días

Era un velerito con paneles solares con una inscripción en la que se pedía que no fuera retirado de las aguas porque trataba de cruzar el océano. Pero estaba destrozado por el oleaje y por las rocas, describe. La asociación se puso enseguida en contacto con la entidad que lo lanzó al mar, Epsom College, un prestigioso centro escolar a una hora en coche de Londres, para conocer la historia que había detrás del curioso prototipo. Según explicó el profesor Christopher Telfer-Mason a este diario, la embarcación, construida por alumnos de entre 16 y 18 años del equipo de ciencias, participaba en la edición de 2021 de la carrera Microtransat Challenge, en la que barcos autónomos de un máximo de cuatro metros de eslora tratan de cruzar el Atlántico, y en la que compiten universidades y otras instituciones. El colegio es el único del Reino Unido que toma parte en el desafío y era la quinta vez que los alumnos de este centro intentaban lograr la hazaña desde 2016, harto complicada y conseguida por muy pocos. Esta edición, el modelo partió primero el 15 de julio desde Port Chapel Beach, en Cornualles, pero solo navegó durante un día y cuatro horas. Se estrelló en las islas Scilly de esa región. El día 21 volvieron a botarlo desde cerca del islote de Samson. Ahí arrancó su gran aventura. Logró llegar al oeste de Gran Bretaña, desde donde tomó dirección suroeste. A principios de agosto quedó atrapado en medio del Golfo de Vizcaya. Meses más tarde, el viento lo llevó hacia el sur, a la altura de Gijón, y desde el 7 de diciembre, navegó hacia el este de la costa cantábrica.

Transcurrió un total de 142 días, 18 horas y 56 minutos hasta que encalló el 11 de diciembre a las 7.19 horas en Bermeo. Los alumnos del centro sabían en todo momento de su posición, aunque lo daban por perdido y no pensaban que alguien fuera a encontrarlo más de cuatro meses después de que llegara a la costa. «Somos capaces de seguir por satélite su ubicación y vimos que estaba varado. Unas semanas después de la botadura fue atrapado por un temporal en el que creemos que sufrió daños en el timón, por lo que se desvió. Es lo más lejos que ha conseguido llegar jamás nuestro prototipo», relató el profesor. El modelo pesa diez kilos y mide 1,14 metros de eslora. Se alimentaba de dos baterías solares a las que surtían varios paneles. Tenía además una brújula digital en la quilla y un sistema de geolocalización, además de un sensor de temperatura.

Las redes sociales de la carrera también relatan la odisea del prototipo de Epsom Collegue. «Ha recorrido más de 3.700 kilómetros y es el segundo participante en Microtransat que más tiempo ha permanecido navegando en el mar. Además, ha llegado significativamente más lejos que cualquier otro barco lanzado desde Europa», aseguran. Ahora está en posesión de la asociación de Plentzia.