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Ainhoa de las heras | Pello Zupiria
Miércoles, 25 de septiembre 2019, 13:16
A meda tarde de este miércoles han concluido las labores para retirar el camión de gran tonelaje el martes quedó atascado en un camino rural de Sondika. Una grúa de gran tonelaje ha sido la encargada de sacar el eje y darle la vuelta. El ... trasvase de los 21.000 litros de líquido inflamable que transporta el camión cisterna que quedó atrapado el martes por el GPS en Sondika se ha prolongado esta mañana durante tres horas, según han confirmado desde el servicio de Atención de Emergencias del Gobierno vasco y la Diputación vizcaína. El vehículo, de la empresa francesa Geodis, cargaba acrilato de butilo estabilizado, considerada una materia peligrosa. Durante la operación han permanecido en la zona dos dotaciones de los Bomberos de los parques de Artaza y de Derio, además de un químico y otros técnicos de la firma que flota el camión, coordinados por un técnico de Atención de Emergencias del Gobierno vasco.
La maniobra, para la que han utilizado una instalación con mangueras, no ha entrañado riesgo para la población, por lo que no ha sido necesario realizar ninguna evacuación. Tan solo se han tenido que adoptar algunas medidas como cortar la luz en la zona y prohibir el uso de teléfonos móviles y emisoras en un radio de unos 60 metros para garantizar una «atmósfera limpia», explica Josá Antonio Cagigas, técnico de Atención de Emergencias que coordina 'in situ' las labores de trasvase.
El suceso ha generado gran expectación en el barrio de Sangroniz. Los vecinos se quejan de que la zona no está bien señalizada, por lo que es habitual que camiones perdidos terminen por esas carreteras. «Se confunden porque el GPS les manda para aquí. La solución pasa por poner un cartel antes del puente que prohiba la entrada de vehículos pesados», plantea Josu, uno de los residentes. «Le vi pasar a las siete y veinte de la mañana, pero no me dio tiempo a decirle que se diera la vuelta y le dije a mi mujer, 'ese ya se ha colado'». Otro vecino, Jesús, sí le avisó del error, pero cree que como el chófer es polaco no le entendió. La estrecha carretera que tomó el camión cisterna no tiene salida, muere unos metros más allá, está limitada a 40 kilómetros por hora y llena de badenes. Al parecer, el camionero trató de dar marcha atrás cuando vio que no podía seguir avanzando por donde le indicaba el navegador, pero las ruedas de la parte izquierda se salieron de la vía y quedaron colgando en un talud, por lo que tuvo que desistir y pedir ayuda.
Iñaki, que reside en una casa unifamilar de Sangroniz seis meses al año, se queja de que «no hace ni dos meses, bajó un camión de Berriz y me tiró la valla» que rodea a su jardín.
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