«Prefiero el tranvía al metro porque ves la ciudad respirar», dicen los pasajeros en el estreno de la expansión a Bolueta

El proyecto de expansión (no crecía el tranvía desde 2012, cuando llegó a La Casilla) ha absorbido 5,3 millones de euros y hace que la infraestructura pase a contar con 16 estaciones y 8 kilómetros.

El tranvía se ha desperezado en Bolueta al filo de las seis y media de la mañana, aunque en el resto de paradas de la red ya funcionaba desde las 5.58 horas. Y es que, por razones técnicas, los dos primeros trenes no salen de la que ha pasado a ser la nueva cabecera, sino de Atxuri. A lo largo de la mañana ha habido pocos clientes en el tramo que se estrenaba: entre dos y cuatro pasajeros por convoy. Hay que tener en cuenta que el número de potenciales clientes no es muy elevado (unos 3.000) y, además, disponen de la alternativa del Bilbobus y el metro.

Porque la parada de Bolueta se sitúa bajo la estación del suburbano, aunque carece de acceso directo: se accede mediante una pequeña rampa tras bajar en ascensor. «Podrían haber hecho algo directo», opinaba sobre las once de la mañana Iñigo, un joven que trabaja en el sector ferroviario y que se acercó a ver el tranvía porque le apasionan los transportes, en especial el ferrocarril. Junto a él estaba su amigo Arkaitz, maquinista de Renfe y residente en Bolueta. Arkaitz piensa subirse al tranvía muy a menudo. «Lo usaré para ir a la zona de Abando y Abandoibarra», cuenta.

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Una de las ventajas del tranvía sobre el suburbano es que resulta más económico. Son 73 céntimos frente a 96 (usando Barik). Así lo hacía constar Adela Gómez. Esta mujer de 57 años, residente en la calle Pelota del Casco Viejo, había tomado hoy el tren ligero para acercarse a un supermercado alemán que está a dos pasos de la parada de Bolueta. «Me gustan sus productos y me queda bastante a desmano el que está en Santutxu, así que vendré aquí una o dos veces por semana», contaba.

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La expansión del tranvía también atrajo a un buen número de curiosos. Como Pablo, un comerciante jubilado que vive en Deusto. «Tengo el metro a la puerta de casa pero me gusta mucho el tranvía, porque puedes ver cómo respira la ciudad por la ventanilla», decía, mientras el convoy le llevaba hacia Atxuri. «El paisaje es bonito, sobre todo la llegada al Casco Viejo», decía con nostalgia, porque Pablo vivió 10 años en Bilbao La Vieja. «Eran otros tiempos», decía.

El nuevo tramo aprovecha las vías que Euskotren dejó huérfanas en septiembre de 2019, cuando los trenes de Bermeo y Durango comenzaron a entrar a la villa a través de la Línea 3 por Kukullaga (Etxebarri) para llegar al intercambiador de San Nicolás. Los trabajos han durado 13 meses.

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El lunes tuvo lugar un primer viaje con autoridades para mostrar el nuevo tramo, en pruebas desde enero. Un recorrido que pasa por la nueva estación de Abusu, ubicada junto a la ikastola pero que obliga a los vecinos de La Peña a cruzar el puente, en una caminata de unos 500 metros. Acudieron responsables del Gobierno vasco, de la Diputación y del Ayuntamiento. Entre ellos el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, y el alcalde, Juan María Aburto. Ambos quisieron recalcar la buena sintonía existente entre las dos administraciones (la obra se ha sufragado de manera conjunta, con una aportación del 75% por parte de Lakua, mientras que el 25% restante sale de las arcas locales) y anunciaron una futura tercera parada. Una estación que aún está por construir y que se habilitará en el entorno de Miraflores.

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Aseguró Aburto que los vecinos de la zona lo habían pedido y que el pleno municipal se comprometió a trabajar para lograr este objetivo. Finalmente, aunque el tranvía ya está en marcha, el Ejecutivo autonómico hará otra parada más. Se ubicará debajo de Mina del Morro y dará servicio a esta parte baja de Santutxu y también a Zamakola. Para ello se va a construir un pequeño paseo paralelo al Nervión y se levantará un ascensor que salve el desnivel existente entre la avenida Indalecio Prieto y la parte por donde transita el tranvía. Las obras se licitarán en breve. Por lo que podrían comenzar antes de finales de año.

«El tranvía –dijo entonces Arriola– es una alternativa ecológica y una muy buena noticia para los barrios de Bolueta y La Peña». El consejero socialista insistió en que «cuando las instituciones colaboramos y trabajamos juntas, el resultado es que la calidad de vida de los ciudadanos mejora». Aburto, por su parte, calificó la ampliación de noticia «sobresaliente». Y puso el acento en que el trazado es bueno tanto para los barrios, «que refuerzan su conexión con el corazón de Bilbao», como para el resto de la ciudad.

El gran salto del tranvía, no obstante, está aún por llegar, ya que resultará clave para la operativa el cierre del anillo tranviario por Autonomía y Hurtado de Amézaga. Esta obra permitiría dar una estructura circular y mejorar las frecuencias (10 minutos en hora punta). El plan está parado a la espera de ver cómo entra el TAV en Bilbao.