
En lo alto del escalafón, aspira a marcar época. El joven matador peruano no cree que nadie sea capaz de jugarse la vida en esta ... profesión «por dinero». Sobrado de valor, confiesa que en la pandemia sintió una extraña sensación por el temor de que nada volviese a ser igual. Por eso disfruta llenando plazas y, sobre todo, viendo a los jóvenes en los tendidos. Junto a Manzanares y Talavante, reinaugurará el domingo la 'nueva' Vista Alegre, cerrada desde hace tres años por culpa del coronavirus.
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- ¿Cómo se vive la fiesta desde la condición de primera figura?
- Me siento un privilegiado. Ser torero para mí significa una filosofía, un estilo de vida. Es bonito hacer lo que más me apasiona y me gusta. Y que, aparte de esto, resulten las cosas.
- Es el matador más codiciado.
- No lo sé. Creo que sería una pregunta para el público. Sí le puedo decir que cada tarde que piso el ruedo intento hacerlo con la mayor verdad posible. Primero para no fallarme a mí mismo, pero tampoco a la tauromaquia, ni a la afición que viene a verme.
- Más que llegar a lo más alto, ¿pretende marcar una época?
- ¿A quién no le gustaría, no? Los toreros, como cualquier artista, siempre aspiramos a lo máximo. Pero está claro que hay que pensar en el día a día. Esta es una profesión de riesgo total en la que puedes ganar muchas cosas, pero a la vez perderlo todo. El destino dirá si marco una época.
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- ¿Se imaginaba llegar hasta donde ha llegado?
- Más que imaginar, lo deseaba. Aspiraba a torear muchas corridas en España. Quería estar en las grandes ferias, torear con grandes figuras y vivir, en definitiva, lo que estoy viviendo. Lo deseaba y me lo he llegado a imaginar, porque si no nunca hubiese emprendido esta vida.
- De familia acomodada, ¿por qué quiso ser torero?
- Porque había algo que me llamaba.
- ¿El qué?
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- Como a algunos les llama jugar al fútbol o estudiar medicina, a mí me llamaba el mundo del toro. Desde niño sentía que en él había mucha verdad y entrega y que era un mundo en el que me podía expresar como persona. Realmente, no sé por qué soy torero. Quizás por todo eso o porque soy un poco tímido.
- ¿Y?
- Que buscaba mi refugio en el toreo. En el ruedo eres libre de hacer lo que te dé la gana. El toreo para mí es libertad. Está por encima de muchísimas cosas. Estás dispuesto hasta a dar la vida por ello. Soy torero por la ilusión de ser figura.
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- ¿Por qué va tan sobrado de valor?
- Bueno, eso quizá parece desde fuera. Yo paso mucho miedo. Paso mis cosas. Si no existiese el miedo, no habría hombre con valor.
- ¿Merece la pena jugársela como lo hace en los ruedos?
- A mí, de momento, me ha valido la pena. Me siento orgulloso, feliz y contento de tener esta filosofía de vida. Hay veces que todo es un poco, no quiero decir injusto, pero he visto compañeros que lo han dado todo y quizás no han sido recompensados.
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- La suerte en la vida también es fundamental.
- La buena suerte. La suerte es algo que se cruza en el camino, como la lotería. Pero la buena suerte, es diferente. Se busca, pero en cualquier momento se puede ir. Por eso hay que seguir preparándose para que no se vaya.
- ¿Cómo ha llevado la pandemia alejado de los ruedos y con las ferias canceladas?
- Bufff... La verdad es que he sentido de todo. Ha sido un momento muy extraño, de mucha impotencia al no poder torear, de muchas dudas que surgían en mi cabeza porque, oye, en un momento dado, pues no sabía si todo iba a volver a ser igual.
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- Lógico.
- Ha sido un momento muy difícil para mí. Así como algunos lo superaron fácil, a mí realmente me costó trabajo. Cuando empecé a torear sentí una alegría muy grande.
- ¿Es de los que se crece agotando las entradas?
- Bueno, colgar el cartel de 'no hay billetes' y que haya mucha expectación es, sin duda, algo especial. Es para venirse arriba porque es de las cosas más bonitas y grandes que puede haber en el toreo. Hacer el paseíllo con una plaza completamente llena...
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- Es lo que todos desean.
- No solo quiero ver la plaza llena de aficionados.
- ¿Qué más quiere?
- Me emociona ver caras jóvenes.
Resulta más impactante. Es muy importante para la tauromaquia que la juventud vaya a los toros. Me vengo arriba viendo una plaza llena con muchos jóvenes. Me hace sentir increíble.
- ¿Aspira a ser también el torero que más cobra por corrida?
- Eso va en función de lo que uno genere en la plaza. Te diría tantas cosas sobre el dinero...
- Dígame alguna.
- No creo que nadie sea capaz de jugarse la vida por dinero. En esta profesión necesitas una motivación mucho más fuerte. Dicho lo cual, reconozco que me gusta cobrar en función de lo que se genera en la plaza. Creo que es justo y lo más indicado.
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- Fuera de los ruedos, ¿también vive al límite?
- Pues no sé qué decirle. (Risas). Quizás es por momentos, ¿no? Es verdad que soy una persona que vivo muy al límite. Me gusta entrenar muchísimo, querer muchísimo, estar bien muchísimo... Eso está bien, pero hay veces que… tampoco se puede vivir tan al límite.
- Pues eche el freno.
- Desde que empecé a tomarme la vida un poco más tranquilo, también se ha ido viendo en la plaza. Noto que toreo más despacio y relajado. No sé, supongo que va con la evolución de la persona.
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