«Al que le toca ir en las fiestas le toca, está asumido y no hay problemas»

En una jornada como esa está convencida de que «algo podemos aportar». Además, insiste, a nivel personal «es satisfactorio, y otros compañeros opinan lo mismo». No estará en casa preparando la comida navideña, pero tampoco hace falta. En su entorno están acostumbrados a su compromiso, y llegará, cuando cierren las instalaciones, «a mesa puesta».

El último turno en el comedor es a las 14.30 horas y termina media hora después. Solo hay un día sagrado para ella, «el de Reyes. En la familia hay niños pequeños y me gusta disfrutar con ellos». En cualquier caso, dice, «como somos bastantes voluntarios, nos podemos turnar».

Y es que, explica Gemma Orbe, responsable del servicio, «con el estado de alarma se apuntó mucha gente nueva para ayudar, 18, y ahora tenemos gente que lleva muchos años colaborando y gente nueva. En los momentos difíciles somos más solidarios». Los usuarios «lo agradecen» y en estas fechas señaladas «no están tristones», asegura Isabel. «Toman su situación con mucha naturalidad y normalidad. Les gusta que les hables con afecto y una sonrisa y ellos te corresponden de la misma forma», prosigue. Se crea «un ambiente majo», y disfrutan de «un menú navideño como el que podemos tener en casa, con entremeses, ensaladilla, langostinos...», detalla.

Aitor Rekalde, por su parte, es el jefe de cocina de la residencia de mayores y del comedor social Conde Aresti, y trabajará «todas las fiestas». Abren a las 7.45 y cierran a las 22.00, y también tienen tiempo de llegar a sus hogares tanto a comer como a cenar. A la carrera, pero estarán presentes en sus casas en los banquetes más importantes. «Al que le toca ese día le toca, lo tienes asumido y no hay ningún problema».