Thermomix cierra la tienda del antiguo café de La Granja

Thermomix inauguró en julio de 2019 en Bilbao su primera tienda en España. Su estreno supuso un cambio radical al comercializar por primera vez las dos líneas de productos con las que cuenta el grupo: el robot de cocina Thermomix, y Kobold, marca especializada en productos de aspiración para el hogar. El comercio se situó en la Plaza Circular, concretamente en el edificio del emblemático café La Granja. En la remodelación del local se respetó buena parte de los elementos más significativos del inmueble, que se reprodujo siguiendo la misma línea que el original.

La transformación de este viejo café provocó una gran polémica ciudadana. La Granja bajó la persiana de la noche a la mañana en febrero de 2017 y desde entonces fue objeto de todo tipo de especulaciones. Grandes compañías textiles, tecnológicas y de comida rápida, entre otras, mostraron su interés por este edificio, que echó a andar en 1926. Desde Inditex y McDonald's a Apple sondearon la posibilidad de ubicar su sede en estas céntricas instalaciones, que ocupan más de 325 metros cuadrados. Sin embargo, las altas rentas y la exigentes condiciones derivadas de la catalogación del edificio de protección artística abortaron gran número de proyectos. Desde su cierre, el café de la Plaza Circular abrió sus puertas únicamente para la organización de eventos puntuales, como ferias de libros artísticos.

El mantenimiento de la barra y las populares columnas constituyeron el principal escollo a salvar por parte de los nuevos arrendatarios, propiedad de un fondo inversor navarro, tras desembolsar más de 7,5 millones de euros. Thermomix no se centró exclusivamente en la venta de aparatos de cocina. Como el resto de tiendas que tiene repartidas por varios países, buscó «interaccionar» con los clientes ofreciendo «experiencias culinarias creativas» e intentó atraer a la ciudadanía de la mano de un «super robot» que ha convertido en la máquina de los sueños gastronómicos. Vorwerk presume de vender un «gadget» que convierte en chef al más negado.

Por el contrario, para muchos ciudadanos de Bilbao, la apertura de este establecimiento supuso un duro golpe a la memoria histórica de la villa, igual que cuando el Boulevard de El Arenal cerró sus puertas tras emprender una nueva etapa que se saldó con un sonoro fracaso. El negocio de los robots de cocina obligó a desalojar todas las oficinas repartidas por el inmueble. El fondo de inversiones Hispania, convertido en el principal grupo hotelero español, alcanzó un acuerdo con los propietarios para la implantación de un 'hostel boutique'.