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Las temperaturas este verano están desbocándose en toda España, con máximas de hasta 45 grados y mínimas de 20 en varias provincias españolas. Unas cifras sorprendentes y que están afectando a las costas, en las que los rayos solares inciden de forma letal sobre las ... aguas de los mares. Los 23,7 grados registrados ayer por la mañana en la boya Bilbao II de Puertos del Estado es algo poco habitual por estos lares. El agua del Golfo de Bizkaia suele estar en un intervalo de entre 11 y 21 grados. Superar la máxima ha pasado antes, pero no más allá de los 25º, indican en Puertos del Estado, que tiene los datos océano-meteorológicos más completos de toda España. Así las cosas, desde el Servicio vasco de Meteorología, que toma como referencia la boya de Mutriku, trasladan a este periódico que la media de temperatura del agua ha alcanzado en la última semana los 23 y 24 grados y que para finales de mes es previsible que esto se supere. «Es más que probable que rocemos los 26,7 grados del año 2003 a finales de mes», observa un portavoz de Euskalmet.
Es decir, el mar frente a Bizkaia está llamativamente en registros no tan lejanos de lo que es habitual en el Mediterráneo, donde la temperatura normal es de entre 26º y 27º y puede subir hasta los 28º en años cálidos o hasta los casi 30, como se dio ayer y anteayer en la zona que va de Murcia a Baleares. El año pasado quien se bañaba en las playas de Laida o Gorliz, por ejemplo, lo hacía a 22 grados, dos menos que la media de estos meses. «Lo que está pasando ahora es reflejo de las olas de calor que estamos teniendo», unido al aumento de las horas de insolación propias del verano y la falta de oleaje, explica Onintze Salazar, meteoróloga de Euskalmet.
Diferencia de varios grados
Irantzu Zubiaur, investigadora en Azti, centro científico y tecnológico especializado en el medio marino, añade argumentos: «El calor del agua es acumulativo, a diferencia de lo que sucede en tierra», arranca. Es decir, es capaz de retener el calor ganado. El del bochorno sahariano y los días sucesivos de sol que ha habido en este caso.
Veamos los datos de la Diputación proporcionados por Salvamento y Socorrismo, o sea, por los socorristas que en su horario de trabajo miden la temperatura del agua, y que reflejan la paulatina evolución de la temperatura de los 23 arenales vizcaínos de junio a hoy: media de 18,34 grados en junio; 20,17 en julio; y 21,06 en agosto. Karraspio, en Mendexa, Isuntza, en Lekeitio, Laga, en Ibarrangelu, y Armintza, en Lemoiz, son las playas más cómodas para bañarse si se es friolero, si se atiende a las agradables temperaturas registradas en ellas. Aunque las que se llevan la palma son las de Toña, en Sukarrieta, Arrigorri, en Ondarroa, Ogella, en Ispaster, y Ea, con aguas un grado más cálidas. El 'mar' más fresco está siendo el de Arrigunaga, en Getxo.
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«Lo que los bañistas notan es la temperatura superficial. En los 15 o 20 primeros metros de la columna de agua se acumula mucho calor», continúan en Azti. De haber oleaje, este agua de superficie se mezclaría con la del fondo del mar. «Si viene algún temporal con olas de tres o cuatro metros notaríamos una bajada en la temperatura superficial». Pero esto no parece que vaya a suceder a corto plazo, de modo que «el agua en costa está especialmente caliente», resuelve Irantzu Zubiaur. «Como una ola de calor pero en el mar».
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