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Iñaki Juez
Jueves, 4 de mayo 2017, 01:11
La sombra de Google se está volviendo cada vez más alargada, incluso para un gigante de la informática como Microsoft. Tanto es así que la empresa fundada por Bill Gates se está viendo obligada a modificar su estrategia para tratar de esquivar los cada vez ... más certeros golpes de la multinacional del famoso buscador donde más le duele: los sistemas operativos. Primero cayeron los móviles, un sector tecnológico donde Android domina ya un mercado en el que solo Apple parece resistir en EE UU y otros países anglosajones, mientras que la llama del de Microsoft se apaga lentamente. Ahora el siguiente paso es quitarle hegemonía en los ordenadores y, antes de que eso suceda, la compañía de las ventanas ha decidido contraatacar con su Windows 10 S, una versión 'light' que promete no dejar a nadie indiferente: para bien y para mal.
Hay que tener en cuenta que los Chromebooks, portátiles con un sistema operativo propio con los servicios de Google incluidos y a precio reducido, son ya un éxito, sobre todo en el sector de la educación estadounidense. Para contrarrestarlo, la compañía dirigida por Satya Nadella ha creado esta versión de Windows que sólo acepta las aplicaciones universales de su hermano mayor, una estrategia que recuerda a la del malogrado Windows RT, que significó uno de los mayores fracasos para la multinacional de las ventanas.
Microsoft presentó el pasado martes el Surface Laptop, un nuevo portátil con esta nueva versión reducida de su último sistema operativo a un nada módico precio de 900 dólares. Windows 10S ha quitado lastre respecto a su hermano mayor con el objetivo de que se desenvuelva con fluidez, incluso en ordenadores con un hardware humilde, como sucede con los Chromebooks, que se venderían a partir de los 189 dólares. La gran pega que tiene es que, aunque se gana en seguridad con la S mayúscula al no poder instalar malware, sólo soporta aplicaciones universales presentes en la Windows Store, su tienda oficial. Y eso supone un duro golpe para los usuarios acostumbrados a trabajar con los tradicionales programas terminados en '.exe'.
Con esta decisión, Microsoft pretende, al mismo tiempo que competir con Google, incentivar su tienda de aplicaciones, muy escasa si se compara con las de Android e iOS. No hay que olvidar que esta plataforma permite que la misma 'app' pueda funcionar en teléfonos, tabletas, portátiles e incluso PC's de sobremesa, sin olvidarnos de la consola XBOX, ya que todos ellos cuentan con el mismo sistema operativo.
Una ventaja de la que carece, de momento, Apple que sigue empeñada en diferenciar el software para sus dispositivos móviles y sus ordenadores. En todo caso, seguro que más de un desarrollador se estará pensando a estas alturas de la película comenzar a adaptar sus trabajos a una plataforma con semejante número de dispositivos a su alcance. Al igual que la propia Google y Firefox que todavía carecen de navegadores para la Windows Store, por lo que sólo podríamos utilizar en estos equipos Edge, el sucesor del mítico Internet Explorer de Microsoft.
Igual que RT
La pega es que esta nueva apuesta de Microsoft es prácticamente idéntica a la de Windows RT, una versión capada de su sistema operativo que lanzó al mercado en 2012 y que terminó abandonando en 2015. En ese sentido, se trataba de un sistema operativo orientado a las tabletas, aunque también soportaba un teclado y ratón. Como en este caso, sólo ejecutaba aplicaciones creadas en exclusiva para su tienda y que, para más inri, eran incompatibles con las de los móviles.
El resultado fue uno de los desastres más sonados de la historia de la compañía de Bill Gates. Salvo alguna excepción como Nokia, muy pocas empresas de informática apostaron por lanzar productos para Windows RT, por lo que finalmente agonizó dejando a sus usuarios, una vez más tras los fiascos de las sucesivas versiones para smartphones, abandonados a su suerte.
En ese caso, la compatibilidad universal es una baza que Windows RT no tenía, aunque los usuarios de este sistema operativo están demasiado acostumbrados a instalar cualquier tipo de programas como para sacrificarlos a cambio de tener un ordenador a un precio más asequible. El tiempo dirá si esta nueva maniobra de Microsoft en la pugna que mantiene con Google tiene éxito, aunque, de momento, la multinacional estadounidense da la posibilidad de pasar a la versión sin restricciones previo pago de 50 dólares. Por si alguien se arrepiente de esta versión haber optado por un sistema operativo tan 'light'.
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