Los taxistas vascos pedirán una subida de tarifas de al menos el 13% en 2023 por la elevada inflación

Las tarifas suelen revisarse teniendo como referencia el índice registrado durante ese mes. Los responsables del Ejecutivo son quienes fijan el importe definitivo para las interurbanas y los ayuntamientos, para las urbanas. Musons recuerda que las autoridades «han de hacerse responsables» de que el de taxista sea un trabajo «remunerado y rentable», porque se trata de un servicio público cuyas condiciones ellas mismas regulan. Y en el sector continúan vigentes las tarifas de enero, sin que se haya incrementado el coste de las carreras pese a la escalada del combustible y otros servicios, como el mantenimiento del vehículo.

El Instituto Nacional de Estadística confirmó el viernes una subida de precios del 10,5% en Euskadi en julio en comparación con el mismo mes del 2021. Y que el gasóleo ha crecido en un 35% y un 27,5% en lo que va de año, mientras que la gasolina lo ha hecho en un 24% y en un 18,5%, respectivamente. Por su parte, la electricidad vale un 50% más que el año pasado.

Los «costes se han disparado», relata el presidente de la federación vasca, aunque en diferente medida para los taxistas urbanos e interurbanos. Según ejemplifica, los conductores «están llegando a pagar entre 200 y 500 euros más al mes» en combustibles. Todo ello pese a las ayudas del Gobierno central con la subvención de 300 euros para los taxi, o la reducción general de 20 céntimos en el precio del combustible, mientras que las petroleras también han realizado también algún descuento extra y se han conseguido rebajas adicionales como federación».

«Se están llevando a casa 400 euros menos todos los meses», están «callados» y no están «ni protestando ni armado lío», relata Musons. También recuerdda que a finales del año pasado, desde el Ejecutivo autonómico «pasaron olímpicamente de nosotros» a la hora de solicitar un cambio de tarifas por el incremento del combustible.