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«Multimodalidad». Es la palabra clave y al mismo tiempo difusa que pronuncia el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, para sintetizar el objetivo del doble túnel bajo la ría entre Portugalete y Getxo. Dicho de otra forma, que no se tratará de una infraestructura ... viaria al uso, acotada al tráfico de coches, sino que irá más allá e integrará otros modos de transporte. «Están abiertas todas las opciones, también las que puedan venir en un futuro no muy lejano», lanzó ayer el máximo representante de la institución foral, quien apostó por «sacar el máximo potencial posible» a la futura galería subfluvial. Toda una declaración de intenciones.
El proyecto constructivo deberá definir ahora de qué manera puede hacerse realidad esa deseada multimodalidad. Es obvio que el transporte público tendrá un papel fundamental, máxime cuando le corresponderá en exclusiva el piso inferior de sendos tubos. Pero aún queda por esclarecer cuál es la forma idónea, sin descartar la posibilidad de una conexión ferroviaria. En la actualidad, el metro registra cerca de 5 millones de desplazamientos al año desde la Margen Izquierda a la Derecha o viceversa. Sin embargo, ese itinerario exige hacer un transbordo entre las líneas 1 y 2 en la estación de San Ignacio que dilata la duración del trayecto. Por ejemplo, para viajar de Portugalete a Las Arenas en el suburbano hace falta invertir aproximadamente media hora; en el Puente Colgante, en cambio, apenas un minuto y medio.
Es aquí donde la doble galería emerge como una alternativa eficaz para «cohesionar el territorio» y acercar ambas márgenes y de paso también Uribe Kosta. El estudio deberá discernir la viabilidad, por ejemplo, de un tranvía. Utilizar el tren ligero para conectar las dos orillas no sería una intención nueva. No hay que olvidar el paralizado proyecto para unir Sestao, Leioa y el campus de la UPV con una línea tranviaria que discurriría por un puente móvil por encima de la ría. El Gobierno vasco finalmente descartó esta opción y la sustituyó por un autobús eléctrico entre la parada de metro de Leioa y la sede universitaria.
Tampoco es descartable que la alternativa del autobús eléctrico sea la elegida para el subfluvial. De hecho, exigiría una menor inversión económica al evitar la instalación de catenarias. Además, se adaptaría mejor al desnivel del túnel. De igual manera, el proyecto constructivo también deberá estudiar el tránsito de vehículos pesados. La idea, según la Diputación, es que funcione «como cualquier autopista convencional», por lo que se abrirá al tráfico de camiones. En todo caso, habrá que analizar su impacto, especialmente debido a su cercanía con el Puerto de Bilbao.
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