Sospechan que la detenida en Zorroza sedó a su pareja con fármaco en los crepes

El suceso se registró el pasado lunes, día 8 de julio, en un piso de la calle Zorroza a Castrejana, a las afueras del barrio bilbaíno, en la carretera hacia Alonsotegi. La pareja, que tiene un hijo de algo más de un año en común, residía en ese domicilio desde hace unos cinco años. Según declaró el hombre cuando despertó en el hospital, ese día se encontraba trabajando cuando su compañera le preparó un crepe con nutela y sirope para desayunar. Le supo algo amargo, pero entonces no le dio importancia. Según su testimonio ante la Ertzaintza, inmediatamente después perdió la conciencia y cuando la volvió a recuperar, ella estaba sobre él intentando ahogarle con una almohada con la que le apretaba la garganta.

El hombre trató de zafarse y ambos forcejearon. Ella presentaba arañazos en el cuello y él, cortes de arma blanca en los brazos. Un vecino de la planta inferior escuchó gritos de «auxilio» y «Policía». No supo distinguir si se trataba de una voz de hombre o de mujer y llamó al 112. La primera patrulla que llegó al lugar, sobre las dos y veinte de la tarde, y tocó el timbre del tercero, fue recibida por la mujer. Ante los agentes, J.C.D.V. confesó que «creía que había matado a su marido con un cuchillo» al defenderse de él porque la estaba pegando.

Dentro del domicilio, los agentes encontraron al varón, tirado en el suelo y en medio de un charco de sangre. Presentaba lesiones graves, una de ellas en uno de los antebrazos y no podía articular palabra. Los sanitarios le estabilizaron y bajaron en camilla e intubado. El herido fue trasladado de urgencia en una ambulancia hasta el hospital de Cruces, donde los médicos le indujeron el coma.

La Ertzaintza abrió entonces una investigación para intentar aclarar lo que había sucedido en el piso. Agentes especializados realizaron una inspección ocular en la vivienda, que quedó precintada. Recogieron una cuchilla con restos de sangre que pudiera haber sido utilizada en la agresión. Había, además, numerosas manchas de color rojo por la habitación. Al día siguiente, ante las dudas que rodeaban el caso, los especialistas regresaron al piso de Zorroza en compañía de la mujer, investigada por los hechos.

Su insistencia en querer llevarse varios crepes que había cocinado y que guardaba en el refrigerador, despertó las sospechas de los investigadores. En un mortero, utensilio de cocina utilizado para machacar algún producto, se hallaron restos de un polvo blanco, que resultó ser Diazepan, un fármaco ansiolítico, junto a un blíster vacío. Las tortitas fueron intervenidas para su estudio en laboratorio. La mujer fue arrestada a última hora de la tarde del pasado martes acusada de un delito de intento de homicidio y trasladada al centro de detención de la comisaría de la Ertzaintza en Bilbao, donde pasó la noche en los calabozos.