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El bar Etxeko, donde han estado limpiando hasta las cuatro de la madrugada, aún presenta la huella del agua y el barro. Ignacio Pérez

«Sólo pensaba que no sé nadar. Tengo pánico al agua»

El miedo ha dado paso hoy a las fregonas. Los vecinos de Muxika recuerdan la pesadilla vivida ayer mientras se afanan en arreglar los destrozos que ha hecho el agua, que también han afectado a zonas de Gernika

olatz hernández / SOLANGE VÁZQUEZ

Viernes, 12 de enero 2018, 11:54

Los vecinos de Muxika afectados por la tromba de agua que ayer convirtió la zona de Kurtzero en «un mar» en cuestión de minutos, se afanan hoy en borrar las huellas del agua, que se irán más rápido que el mal rato que ... pasaron. Todos indican que lo extraordinario de este episodio, que hoy tratan de dejar atrás fregona en mano, es la rapidez con que se desencadenó: todo estaba aparentemente normal hasta que la enorme balsa formada en la zona se desbordó y el agua entró en casas y negocios, poniendo en serios aprietos a la gente. Afortunadamente, lo peor pasó pronto y para las diez y media de la noche, unas tres horas después del inicio de la pesadilla, ya se vieron fuera de peligro. Hoy, residentes y trabajadores de la zona cuentan cómo vivieron esos difíciles momentos mientras limpian, esperan a la grúa para que se lleve sus vehículos o miran con recelo el río Oka, por donde han visto pasar algunas reses muertas. Un recordatorio de que la fuerza del agua puede hacer estragos.

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