Muere Homer, una de las madres más prolíficas del centro de cría en cautividad del lince

Aunque el fuego no había llegado a las instalaciones, dado que hay varios cortes de seguridad previos según informó la dirección del parque, el humo durante toda la jornada del domingo empezó a ser preocupante, por lo que se decidió activar el protocolo de evacuación del centro de Cría en Cautividad, que afecta tanto al personal como a los animales.

Según explicaba el centro en un comunicado, solo tuvieron 15 minutos para desalojar las instalaciones, lo que provocó que únicamente pudieran sacar del centro a 14 de los 25 linces que se encuentran allí debido a las dificultades que entraña esa maniobra. El estrés sufrido precisamente durante la captura y el transporte a un lugar más seguro fue, apuntan los técnicos, la causa de la muerte de Homer, una de las hembras reproductoras más prolíficas del centro y que este mismo año había parido dos cachorros.

En concreto, se han podido rescatar 9 ejemplares reproductores adultos (5 machos y 4 hembras) y 5 cachorros, que han sido trasladados a otros centros cercanos. No obstante, para facilitar la salida de los demás linces, unos 13 ejemplares adultos, que no han podido evacuar, se les ha dejado la puerta abierta para que puedan salir a su hábitat natural en el caso de que el fuego se acercara. Se trata de animales criados en estado de semilibertad, de mayor edad o sin capacidad reproductora.

Una vez que se pueda acceder nuevamente al centro de El Acebuche, se valorará la situación de los animales que se quedaron en el centro, si han permanecido en las instalaciones o si han salido, en cuyo caso se procederá a establecer una estrategia de captura de los mismos.

El centro de El acebuche es uno de los más antiguos en el programa de cría en cautividad, y en sus instalaciones se ha logrado traer al mundo a 128 linces, una treintena de los cuales ha podido liberarse al medio natural. Gracias a este tipo de programas se ha podido iniciar la recuperación de una especie que hace 15 años estaba al borde de la extinción, y ahora cuenta con unos 480 ejemplares, según el último censo, repartidos por Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura y Portugal.