Mueren una guipuzcoana y su marido al arder su coche tras chocar contra un camión en Galicia

Fernando Pérez Collazo, de 41 años, y Susana Escobar Pérez, de 42, ambos vecinos de Rianxo, viajaban en un BMW Serie 3 por la carretera comarcal AC-305 que une la citada localidad con Ribeira cuando se produjo el fatal accidente. Eran las 13.15 horas y se dirigían a una cita médica en Santiago de Compostela, por lo que momentos antes habían dejado a su hijo al cuidado de una tía. Como consecuencia del choque también resultó herido el conductor del camión, que fue trasladado a un centro hospitalarios aunque sin lesiones de gravedad.

El chófer relató que no pudo esquivar al otro coche, que, tras el impacto, comenzó a arder inmediatamente, sin tiempo a que sus ocupantes pudieran abandonarlo.Tráfico se encarga de instruir las diligencias e investiga las posibles causas del choque frontal sin descartar ninguna posibilidad. Incluso, según fuentes próximas a la investigación, se baraja la hipótesis de que el accidente no fuera fortuito, según informa La Voz de Galicia. Otros medios gallegos hablan de un posible despiste del piloto o un fallo mecánico.

Los fallecidos y su pequeño residían en la villa rianxeira, por donde la noticia del accidente corrió ayer como la pólvora y causó especial consternación en la parroquia de Asados, donde hacía años que no se registraba un accidente tan grave y de donde era originario Fernando Pérez Collazo.

Hacía varios años que la pareja se había instalado en el municipio, de Rianxo pero antes de eso, Fernando Pérez estuvo en Barcelona y pasó una larga temporada en el País Vasco, de donde era natural Susana Escobar. Concretamente, de Zarautz, donde había en una conservera y ahora se encontraba en paro. Ella era menos conocida en el municipio, pero por lo visto era una gran aficionada al deporte y se dejaba ver con asiduidad en el gimnasio municipal.

Irreconocibles

El turismo en el que viajaban las dos víctimas comenzó a arder inmediatamente tras el impacto y quedó completamente calcinado. De hecho, en un primer momento solo se conocía el modelo del coche, pero ni siquiera podía cotejarse la matrícula, por lo que la identificación de los cadáveres resultó aún más compleja. Los restos de los fallecidos estaban irreconocibles y las llamas calcinaron la matrícula del coche, que estaba incompleta, lo que dificultó las tareas para la identificación.

A falta de conocer el resultado de la autopsia, todo indica que el matrimonio falleció como consecuencia del fuerte golpe, independientemente de que sus cuerpos acabaran calcinados después.