El acusado, el día en que fue juzgado en an Sebastián hace siete años.

De piloto de avión, a míster del Barça

Detenido por estafar a 23 personas un vitoriano que ya fue condenado a 4 años de cárcel por hechos similares y se hacía pasar por amigo de Pedro Martínez de la Rosa, de Florentino Pérez...

Javier Peñalba

Viernes, 28 de abril 2017, 08:06

Para unos es un «artista», un encantador de serpientes, un embaucador... Para otros, un «maldito estafador», al que solo desean que se «pudra en la cárcel». En la comarca del Deba son bastantes los que conocen sus andanzas. Algunos de ellos se cuentan entre sus ... víctimas. Aunque a veces se hace llamar David Barceló y otras David Hernández, su verdadero nombre es Francisco Gómez Manzanares y nació en Vitoria en 1974. En los últimos años ha dejado un reguero de perjudicados allí por donde ha pasado. Hace siete años fue juzgado en San Sebastián, donde aceptó una condena de cuatro años de prisión por estafar 462.000 euros a vecinos de Eibar y Soraluze.

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Sus víctimas guipuzcoanas llevaban años sin saber nada de él. Hasta ahora. Algunos acaban de conocer que el estafador, que ante ellos se presentó como un piloto de líneas aéreas, acaba de ingresar de nuevo en la cárcel por hechos similares. Y que permanece en un centro penitenciario de Barcelona acusado de engañar a veintitrés personas, la mayoría de ellas mujeres.

En la ciudad Condal decidió utilizar el nombre de David Barceló. Allí se hacía pasar por entrenador del Barcelona. Solía vestir prendas del equipo catalán y hasta se citaba con alguna de sus víctimas en el Nou Camp. Asimismo, llegó a utilizar una supuesta reunión con Jorge Messi, padre del crack blaugrana. El estafador propuso a una de sus víctimas un viaje a Nueva York y efectuaron las reservas con la agencia de viajes del Barça en uno de los mejores hoteles de Manhattan. La víctima pagó 2.900 euros por el supuesto alojamiento, dinero que nunca volvió a ver. El estafador afirmó que había tenido que cancelar el viaje para «hacerse cargo» del padre de Messi, que había acudido a Barcelona justo en las fechas del viaje. Asimismo consiguió que una de las víctimas le entregara 170.000 euros.

Un descapotable y un jacuzzi con grifería de lujo

Algunos vecinos de Eibar y Soraluze conocen muy bien las artimañas de este individuo. Aquí se hizo pasar por piloto de líneas aéreas y hasta por presidente de clubs de Primera División. Decía que cobraba un salario de un millón de las antiguas pesetas al mes. Era todo mentira. «No te puedes imaginar cómo era, qué facilidad tenía para embaucarte y contarte cosas que luego no se ajustaban a la realidad», recuerda aun hoy una persona que conoció a este individuo.

El hombre se jactaba de representar a las principales escuderías de Fórmula 1, de ser amigo del piloto Pedro Martínez de la Rosa así como de importantes constructores inmobiliarios, entre ellos Florentino Pérez, presidente del Real Madrid. A veces, cuando sus víctimas, 'clientes' potenciales, se encontraban con él en la calle hacía saber a sus interlocutores que no podía atenderle porque justo en aquel momento estaba hablando con cualquiera de estas personalidades.

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En Gipuzkoa se hizo pasar por piloto de aviación. Residió en Soraluze, donde entabló una relación sentimental con una vecina de la localidad, a la que también estafó. El inculpado tenía gustos exquisitos. Conducía un Mercedes descapotable. Personas cercanas a los perjudicados manifestaron que cuando se fue a vivir con la novia hizo instalar en la casa un jacuzzi, con una grifería de lujo.

Su falsa profesión de piloto le permitía permanecer fuera de casa durante periodos relativamente prolongados sin despertar sospechas. Dicen que incluso tenía un traje de comandante de vuelo en el armario del domicilio.

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En realidad, Francisco Gómez se dedicaba entonces al fraude inmobiliario. La Fiscalía de Gipuzkoa le acusó de ganarse la confianza del padre de su pareja sentimental y mediante engaños consiguió que le entregara 100.000 euros por la compra de una vivienda en La Rioja. A su novia le estafó otros 42.000 euros. Además, el acusado compró un Ferrari y un Fiat Bravo que los puso a nombre del padre de la novia. Para ello, utilizó la documentación de quien podía ser su futuro suegro y falsificó su firma sin el consentimiento de éste.

En la misma época, conoció a otras dos personas en Soraluze, a quienes, «con engaños y promesas» embaucó para que le adelantaran, una de ellas 121.111 euros y otra 50.000. El acusado ha sido detenido desde 1994 al menos en dieciséis ocasiones y, según fuentes consultadas, habría tenido causas pendientes en Madrid, Orense, Almería, Barcelona, Burgos, Vitoria y Zaragoza.

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