Faraldo asiste a la vaca con sus amigos como apoyo.

«Vi que el ternero no iba a vivir mucho, fue instintivo»

José Faraldo y sus amigos hacían una ruta en bicicleta cerca de Betanzos, en Galicia, cuando dieron con una vaca tratando de dar a luz. El animal corría peligro de muerte, y el ciclista no dudó en asistir el parto

Eider Burgos

Lunes, 16 de enero 2017, 19:14

«Para la mayoría es novedad, pero yo lo tengo como algo normal». José Faraldo asiste con humildad a la viralidad de su vídeo. Ese en el que, descamisado y solo con el maillot, asiste de forma espontánea el parto de una vaca que se ... había complicado. Realizaba una ruta en bicicleta con amigos cuando se encontraron con la escena. «Vi que el ternero no iba a vivir mucho tiempo. El ganadero me dijo que pensaba que se le moría», confiesa por teléfono a elcorreo.com. Una historia con final feliz pero con comienzo improvisado.

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La mañana del pasado domingo pretendía ser como otra cualquiera de ruta en bicicleta. Faraldo y unos amigos del club ciclista Caimanes Betanzos llevaban dos horas de paseo por la montaña cuando comenzó a llover. Decidieron tomar un atajo y el camino les llevó hasta un pequeño núcleo de casas donde una vaca, atada a un tractor, vivía auténticas dificultades para dar a luz, con el ternero atravesado en su vientre. Sus compañeros quisieron asistir el momento; Faraldo acabaría protagonizándolo. «Vi que llevaba tiempo padeciendo. El ternero tenía la cara hinchada y le asomaba solo una pata». Así que fue «instintivo», dice: se quitó la camisa y los guantes, se lavó las manos y se dispuso a traer un pequeño al mundo. Sus amigos le sirvieron de apoyo.

Faraldo no es veterinario, pero reconoce que de pequeño tuvo vacas en casa y ayudó en algunos partos, «algunos parecidos a este». La solución, explica, estaba en volver a introducir al carnero en el útero, colocarlo en una posición idónea y volver a tirar de él. Cuando asomaron las dos patas, unas cuerdas ayudaron a hacer el resto. Su madre cayó exhausta tras tanto esfuerzo, que luego se vio compensado con el ternero entre sus patas, lavándolo a lametones.

«No sabía ni que me estaban grabando», admite Faraldo, cuyo móvil hoy echa humo después de que el vídeo que inmortalizó todo se hiciese viral. Esta mañana ha vuelto al pueblo, a visitar al ternerito que ahora también es tu tocayo, pues ha sido bautizado con su mismo mote: 'Fari'. Para la mayoría, insiste, algo novedoso; para él, dice, una anécdota bonita que recordar.

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