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Viernes, 28 de octubre 2016, 15:17
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Nunca, a lo largo de su vida profesional, había visto a nadie en semejante estado de shock. «Estaba como si hubiera visto al mismísimo diablo». El relato de uno de los agentes que acudió al lugar donde apareció una de las niñas presuntamente violadas por ... el pederasta de Ciudad Lineal ha estremecido a todos los presentes en la sala de la Audiencia Provincial de Madrid donde se juzga a Antonio Ortiz, que se enfrenta a 146 años de cárcel por abusar de cuatro menores.
El duro testimonio hace referencia a la pequeña que resultó con secuelas más graves y que, cuando llegó la patrulla, estaba abrazada a la mujer que la encontró, completamente aterrorizada. «Estaba en shock, como nunca lo había visto. Me miró con cara de terror porque era un hombre», ha detallado el agente. «Vi una mancha y, cuando me acerqué, vi que era sangre», ha añadido. Le tomaron declaración y muestras biológicas, que resultaron determinantes para inculpar al acusado.
Este investigador participó en las exploraciones de varias menores y también en la reconstrucción de esta agresión, que se produjo el 22 de agosto de 2015 en un descampado de Hortaleza, próximo a la M-40. La niña ingresó en el Hospital de la Paz, donde estuvo más de diez días; entre otras graves secuelas, no podía articular palabra. Hoy en día sigue en tratamiento psicológico.
Además, se encargó de investigar una tentativa de secuestro que tuvo lugar en el barrio de Moratalaz, en agosto de 2014. En esa ocasión, la niña, que logró escapar, manifestó que el hombre «tenía pinta de que se cuidaba, como si fuera al gimnasio». Características que se ajustan al perfil de Antonio Ortiz, aficionado a las artes marciales y el culturismo y obsesionado por su apariencia física.
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Desnuda «sin saber cómo»
También ha declarado otra de las agentes que participaron en la 'Operación Candy', que tuvo que acudir al domicilio de otra de las víctimas, agredida el 24 de septiembre de 2013 en el interior de un vehículo. La pequeña, de cinco años, estaba abrazada a su madre, «muy nerviosa y asustada». «¿Va a volver este señor? Me dijo que iba a volver», repetía sin cesar.
Según detalló la progenitora, estaba jugando en un parque de San Blas cuando en un momento le perdió la vista desde la ventana. Pensó que llegaría pronto pero, un rato después, dos hombres la acompañaron hasta su casa. «La niña contó que en un momento se encuentra desnuda, pero no sabe cuándo se quita la ropa. Y habla de tocamientos», ha detallando la agente.
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Para convencerla de que fuera con él, Ortiz le comentó que era amigo de su madre. No dudó y se introdujo en su vehículo, un turismo de color gris. La víctima, de origen dominicano, comentó que el hombre, de complexión fuerte, fue «muy amable» con ella y que le prometió «que iba a volver».
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