![Los controles policiales contra el yihadismo en Irún frenan el narcotráfico entre España y Francia](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201512/08/media/cortadas/gendarmes--575x323.jpg)
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óscar b. de otálora
Domingo, 13 de diciembre 2015, 03:23
Hay una línea sinuosa que une Marruecos con Francia y tiene su punto más caliente en Irún. Y existe una palabra inglesa que utilizan los franceses para definir a los hasta ahora más peligrosos usuarios de esa vía: 'Go Fast' (Ir rápido). Este término resume una forma de traficar con droga por carretera que en los últimos años se ha convertido en una de las más peligrosas de Europa. Vehículos de alta gama y mayor cilindrada salen de Málaga y Cádiz -a donde llegan los alijos de droga desde Marruecos- para cruzar España en unas horas y llegar hasta París o Holanda con cargamentos que muchas veces superan la media tonelada de hachís. Sin embargo, esta forma de operar está prácticamente bloqueada por los controles que Francia ha instalado en la muga desde los atentados del pasado 13 de noviembre en París.
La reinstauración de los controles fronterizos a raíz de la suspensión temporal de Schengen -el acuerdo europeo que suprime las barreras entre países- ha permitido la identificación de 50.000 personas en Biriatou en apenas tres semanas, según datos del prefecto del departamento de los Pirineos Atlántico, Pierre André Dunard. Esas inspecciones, en las que 60 personas han sido devueltas a España por carecer de la documentación necesaria para entrar en Francia, han generado retenciones de más de cinco kilómetros de longitud en el lado español de la frontera. Pero también han supuesto que el tráfico de drogas habitual en la muga haya desaparecido o esté buscando rutas alternativas para intentar llegar hasta Francia. Con escaso éxito.
Los vehículos del 'Go Fast'
El 'Go Fast' mueve cantidades ingentes de droga. El año pasado, la Policía francesa se incautó en los controles aduaneros de 4,3 toneladas de hachís, 21 kilos de heroína y 3 kilos de anfetaminas. La venta de estas sustancias habría supuesto en el mercado negro unos ingresos de 9,3 millones de euros. En este mismo sentido, la Guardia Civil se incautó en el lado español de la frontera de tonelada y media de cocaína, cerca de tres kilos de hachís, 128 kilos de marihuana, dos kilos de heroína y 74 kilos de 'speed'. Según una estimación intuitiva que habitualmente emplean las fuerzas de seguridad, la cantidad de productos ilegales que se incauta supone aproximadamente menos de un 25% de la que consigue cruzar una frontera, por lo que es fácil hacerse una idea de los estupefacientes que pasan anualmente por la muga.
El 'Go Fast' consiste básicamente en tres vehículos conducidos por expertos pilotos. El primero de ellos se emplea como lanzadera y su misión consiste en detectar posibles controles policiales a lo largo de la ruta. El segundo automóvil que forma parte de la trama es el que traslada la mercancía y, en muchos casos, tiene tracción a las cuatro ruedas y es de alta cilindrada. Un tercer turismo cierra el convoy y es el encargado de alertar a los transportistas en caso de una aparición sorpresiva de la Policía. Los agentes franceses han localizado en ocasiones coches dedicados al 'Go Fast' que viajaban a 200 kilómetros por hora por las autopistas francesas, una velocidad a la que vehículos policiales no eran capaces de mantener una persecución, por lo que se recurría a helicópteros para intentar capturar a los delincuentes. La Gendarmería de los Pirineos Atlánticos se dotó hace tres años con un 'Megane Renault Sport' de 256 caballos para intentar mantener las persecuciones 'en caliente' con los traficantes.
El problema del 'Go Fast' no es sólo el tráfico de sustancia ilícitas. En varias ocasiones, ciudadanos que conducían por las autopistas, ajenos a estas operaciones, han muerto al ser embestidos por los traficantes. En 2013, un padre de familia falleció después de que un Mercedes en plena fuga chocara con su utilitario a 240 kilómetros por hora. Asimismo, en Francia se han abierto numerosas investigaciones por asesinatos y agresiones perpetradas en ajustes de cuentas de los traficantes.
Coche en llamas
En los últimos años, la presión cada vez mayor en la frontera ha llevado a estos narcotraficantes a intentar evitar los pasos habituales en Irún y buscar caminos alternativos a través de los carreteras pirenaicas, donde la presión policial es menor. La reparación de los puestos aduaneros en la muga a consecuencia de las matanzas yihadistas de París y el consiguiente aumento de la vigilancia ha llevado a algunos traficantes a intentar llegar a Francia por puertos de montaña aunque hacer este viaje en plena alerta antiterrorista es una apuesta estúpida. El pasado lunes 7 de diciembre, un grupo coordinado de traficantes intentó cruzar la frontera por la zona de Sara, en los Pirineos, muy ceca de Zugarramurdi. El convoy de coches de lujo fue localizado por los aduaneros franceses, que iniciaron una persecución que finalizó en Hendaya y en la que los policías galos abrieron fuego en varias ocasiones. Finalmente, uno de los vehículos de los contrabandistas fue localizado cerca de la playa completamente calcinado. Según las sospechas policiales, el automóvil transportaba más de 300 kilos de hachís. En la operación, que aún permanece abierta, fueron detenidas tres personas.
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