Hallado el ADN de la peregrina desaparecida en las herramientas incautadas al principal sospechoso

Según fuentes de la investigación, este hallazgo puede ser una prueba determinante a la hora precisar la causa del fallecimiento, una vez que se conozcan los resultados de la autopsia que se está realizando en el Instituto Anatómico Forense de Ponferrada (León) al cuerpo encontrado en la finca asturiana del presunto autor del crimen. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha viajado hoy a la localidad leonesa de Astorga para seguir de cerca la operación, ha explicado que, por el momento, no se pueden precisar las causas de la muerte debido al avanzado estado de descomposición que presentaba el cadáver.

La clave: un cambio de mil dólares

En la terraza de una cafetería de Grandas de Salime (Asturias), comiendo unos bocadillos y tomando algo. Así, tranquilo y mezclado entre un grupo de peregrinos, se encontraba Miguel Ángel, cuando dos policías vestidos de paisano le detuvieron como principal sospechoso de la desaparición de la norteamericana Denise Pikka Thiem. Seis horas más tarde confesaba ante la jueza de guardia de Astorga, donde fue trasladado de urgencia, que sabía dónde se encontraba el cadáver.

La Policía lo desplazó a una zona de monte próxima a un terreno de su propiedad. Allí se encontraron restos humanos. Ahora habrá que comprobar si se trata de los de la peregrina americana de 41 años a la que se le perdió la pista el pasado 4 de abril, fecha en que le envió un correo electrónico a una amiga en el que le contaba que se dirigía a Astorga.

La Policía Judicial comprobó con cierta sorpresa cómo pocos días después, el principal sospechoso había acudido a una oficina bancaria a cambiar mil dólares por su equivalente en euros, circunstancia que generó las primeras conjeturas. Los agentes encargados del caso sospechaban de la implicación de Miguel Ángel M. B. desde hace meses. De hecho, llegaron a entrevistarse con él, aunque no le tomaron declaración de manera formal. Fue la aparición de la sierra que contenía restos biológicos en el metal y en la empuñadura lo que vino a reafirmar sus pesquisas.

Los cuerpos de seguridad del Estado llevaban meses siguiéndole el rastro. Al ser sorprendido, Miguel M. B. no opuso resistencia, pero sí preguntó que por qué le detenían si no había hecho nada. Solo unas horas después, ante una jueza, se desmoronaba y confesaba.

El grupo de peregrinos del que formaba parte el presunto autor de la desaparición de Denise Pikka Thiem llegó ayer a Grandas de Salime. Entre las 13.30 y las 14.30 horas, el arrestado se había registrado en el albergue del municipio como si se tratara de un peregrino más. Nada en su comportamiento hacía sospechar que se trataba de uno de los hombres más buscados de los últimos meses, hasta el punto de que Estados Unidos, a través del senador McCain, llegó a ofrecer la colaboración del FBI para su localización. El arrestado llegó a Grandas, lugar en el que fue detenido, a pie y con un grupo de peregrinos que había salido de Oviedo. Lo único inusual que percibieron sus acompañantes fue que Miguel M.B. no tenía móvil.

Condujo hasta el cadáver

El que sí se llevó una buena sorpresa fue el marido de la propietaria del café Centro, Raúl Camacho, cuando se produjo la detención. "Pensé que estaban robando a un peregrino porque vi que un hombre le inmovilizaba con una barra", indicó. Al salir del establecimiento, se percató de que se trataba de dos agentes, ya que el otro apuntaba a Miguel Ángel M. B. con una pistola.

Previamente, le habían pedido que se identificara. "Luego vinieron los policías a pedirnos disculpas por el susto y nos explicaron que era una persona peligrosa", añadió Camacho. En el operativo participaron agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Oviedo, de la Policía Local de Grandas de Salime y del Grupo Especial de Operaciones (GEO).

Miguel Ángel M. B. fue trasladado a los juzgados de Castropol. Poco antes de las siete de la tarde, fue trasladado a Astorga en un helicóptero y pasó a disposición del juzgado de guardia de la ciudad. Fue ante la jueza donde confesó que conocía el paradero del cadáver de la peregrina norteamericana. Un impresionante dispositivo de efectivos de seguridad se centraba desde hace días en encontrar el cuerpo sin vida de Denise y las pesquisas se concentraban en el entorno de la localidad de Castrillo de los Polvazares (Astorga), en la que vivía Miguel Ángel desde hacía tres años.