El río alcanzó ayer en la localidad de Pradilla una altura de nueve metros.

La crecida del Ebro pone Zaragoza en "alerta máxima"

El río, que alcanzará hoy niveles "históricos" en la capital aragonesa, obligó ayer a desalojar dos pueblos, Boquiñeni y Pradilla, al ser imposible contener el agua

Octavio Igea

Domingo, 1 de marzo 2015, 01:29

Boquiñeni es una pequeña localidad de Aragón que ayer estuvo a punto de desaparecer del mapa. Los equipos de emergencia tiraron la toalla a media tarde ante el descomunal desbordamiento que está registrando el Ebro y evacuaron a todos los vecinos. El pueblo quedó desierto, ... a merced de los vaivenes del agua, y solo a última hora se tomó la salomónica decisión de «destruir» la carretera que llega al municipio para crear un dique. Boquiñeni se ha salvado, pero ahora no hay forma de alcanzar el núcleo urbano. Hay 950 personas que no saben cómo volver a sus casas.

Publicidad

La provincia de Zaragoza vive durante últimas horas en estado de «alerta máxima» ante las imprevisibles consecuencias que puede tener la crecida del Ebro. Si ayer quedaron anegadas 20.000 hectáreas de terreno y tuvieron que ser desalojados dos municipios de la ribera del río donde los sistemas de contención no fueron suficientes, el mayor riesgo se traslada hoy a la capital maña. Se espera que el agua alcance niveles «históricos». Nunca vistos. Durante 2014 el Ebro alcanzó a su paso por Zaragoza una altura media de 1,24 metros y al cierre de esta edición superaba los 5,2. A la espera de la gran avenida prevista para esta mañana, el río soportaba un caudal de más de 2.000 litros por segundo, prácticamente al límite de sus posibilidades. El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, se reunirá durante las próximas horas con representantes de los gobiernos de Navarra, Aragón y La Rioja para crear una mesa de crisis conjunta por si la potencia del agua no afloja. Hay más de 200 soldados movilizados para actuar en caso de que la situación se agrave más.

«El río se ha comportado de una manera extraña», acertaba a decir la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, a primera hora de la mañana de ayer, cuando el Ebro comenzó a hacer de las suyas en la provincia de Zaragoza. Tras lo sucedido jornadas atrás en la ribera Navarra se esperaba una importante crecida, pero lo ocurrido superó las peores previsiones de los expertos. A las fuertes y persistentes lluvias que afectan al norte de España desde el pasado lunes se unió el deshielo de una parte de la gran cantidad de nieve que se acumula en los Pirineos. Una combinación explosiva.

«Ya no podemos más»

Además de lo vivido en Boquiñeni -buena parte de los vecinos salieron de sus casas con lo puesto, han pasado la noche en el polideportivo de una localidad cercana y se calcula que quizá no puedan volver a sus casas antes del martes-, ayer también se desalojó «preventivamente» el municipio de Pradilla, donde el Ebro llegó a alcanzar una altura de 9 metros. «Ya no podemos más», lamentaba un vecino de esta localidad. Es la tercera vez que el pueblo se vacía en una década por el riesgo de inundaciones. La mayor riada se registró en Aragón durante 2003 y los expertos aseguran que hoy se podrían superar aquellos registros.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad