
Fermín Apezteguia
Domingo, 20 de septiembre 2015, 01:17
La mayoría de las personas no sabe leer en la cama. Lo hacen recostados, apoyados de lado sobre uno de los brazos y con el libro colocado generalmente sobre el colchón. Se equivocan y, a la larga, sus huesos y sus músculos pagarán las consecuencias del error. Una parte muy importante de los dolores de espalda, que se atienden en las consultas especializadas están relacionados con el mal hábito de intentar coger el sueño disfrutando de una novela o repasando el periódico del día.
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La fisioterapeuta Sonia Gallardo, del Centro de Rehabilitación IMQ Ajuriaguerra de Bilbao, asegura que leer así favorece la aparición de lumbalgias, hombros cargados y dolores cervicales y de cabeza, que tienden a hacerse crónicos si no se adoptan buenas costumbres. Neurólogos, fisiólogos, expertos en sueño y fisioterapéutas coinciden en que lo mejor es reservar la cama para dormir y hacer el amor. Si pese a todo, su adicción a la lectura camera es insuperable, intente practicarla de la manera en que resulta más saludable.
Los aficionados a la lectura nocturna, si además de leer quieren cuidar su salud, deberían sentarse en un sillón y acompañar a sus héroes hasta el momento en que comience a vencerles el sueño. Cuando uno siente que se está durmiendo, ha llegado el momento de cerrar el libro y meterse en la cama para descansar. La mayoría de las personas adopta para el sueño una posición fetal, que está aceptada como la más cómoda para el descanso, aunque no es la única.
Sentado y con dos o tres cojines
Aunque "lo mejor en la cama es tumbarse y dormir", según recalca la especialista, si es usted de los que se resiste y no apaga la lamparilla hasta que la cabeza se le cae sobre el libro, acostúmbrese a hacerlo de la manera más cómoda. La lectura entre las sábanas debe realizarse preferiblemente siempre boca arriba y sentado, con un cojín debajo de las rodillas para que la espalda esté más relajada y otro en el cuello para evitar el dolor cervical. Los especialistas aconsejan asimismo que se coloque una tercera almohadilla sobre el vientre para colocar el libro y evitar la aparición de molestias en codos y manos.
"Cualquier acto repetitivo que se realiza de manera continuada acaba provocando la aparición de una lesión", recalca la especialista. El mantenimiento de una postura que obligue al músculo o a una articulación a estar quieta pero al mismo tiempo en tensión, acaba generando dolor. "El cuerpo está hecho para moverse, si lo forzamos a mantenerse en la misma postura física, los músculos se agotan y acaba por resentirse". Y cuanto más tiempo se hagan las cosas mal, más costarán curarse. "No lea en la cama, pero si lo hace -resume Sonia Gallardo-, hágalo bien".
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