Borrar
Urgente Grandes retenciones en la A-8 y el Txorierri, sentido Cantabria, por la avería de un camión
La atracción por lo oscuro es una constante en la historia de la humanidad.
El mal nos fascina... ¿dónde han quedado los buenos?

El mal nos fascina... ¿dónde han quedado los buenos?

El 'Mein kampf' se convierte en superventas, 'El Chapo' se transforma en un personaje que impresiona incluso a las estrellas de Hollywood, los vídeos del ISIS son los más vistos en la red... El horror nos hipnotiza y se convierte en 'trending topic' sin que existan héroes morales que contraponer a estas figuras

óscar b. de otálora

Jueves, 28 de enero 2016, 17:49

Joaquín Guzmán, alias 'El Chapo', está acusado de mil asesinatos en Sinaloa, el Estado mejicano desde el que dirigía su imperio de la droga. Aún así, es el criminal más famoso del mundo en este momento y su figura no sólo ha fascinado a leyendas ... de Hollywood como Sean Penn sino que se ha convertido en algo casi hipnótico para millones de personas en todo el mundo. El 'Mein kampf', el libro de Adolf Hitler en el que se asienta el mayor exterminio del siglo pasado, ha agotado ya una primera edición de 4.000 copias y tiene 15.000 pedidos de alemanes que quieren leerlo. Los vídeos del ISIS, una barbaridad macabra y sanguinolenta, a la altura del horror nazi, son los más vistos de la red y resultan virales pese a la advertencia de que su contenido es estremecedor. En los últimos meses, el mal ha vuelto a demostrar que es interesante, que atrapa nuestra atención mucho más que el bien. Es seductor y capaz de convertirse en 'trending topic'. Aunque esta atracción por lo oscuro es una constante en la historia de la humanidad, una de las novedades de esta década del siglo XXI es que no existen figuras que se contrapongan a estos héroes de la maldad. ¿Dónde están los buenos?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo El mal nos fascina... ¿dónde han quedado los buenos?