Científicos abren la puerta de la heroína casera

«Lo interesante, desde el punto de vista de la fermentación, es poder alimentar con glucosa una levadura y que esta lleve a cabo todos los pasos necesarios para elaborar el medicamento que tú quieras», explicó John Dueber, científico de la Universidad de California Berkeley (EE UU). De los 15 pasos químicos necesarios y que hace la adormidera, la planta del opio solo faltaba replicar uno. El más difícil. Dueber, junto a su colega Vincent Martin, de la Concordia University de Quebec (Canadá), y sus respectivos equipos, ha descrito cómo hacerlo. «Con nuestra investigación, ya están descritos todos los pasos. Ahora es solo una cuestión de unirlos todos y de llevar el proceso a escala industrial», afirmó el estadounidense. «No es un reto trivial, pero es factible».

En un sentido básico, la levadura de estos investigadores hace lo mismo que otras. En las condiciones adecuadas fermentan y transforman azúcares en otra cosa. Las del pan excretan dióxido de carbono que a su vez forman las burbujas que hacen la miga alveolada y las de la cerveza lo convierten en alcohol. La desarrollada por Dueber y Martin come tirosina un derivado de la glucosa y libera reticulina. Desde ahí hasta la morfina, y a otros muchos fármacos, el camino es relativamente sencillo.

Además de la heroína, la morfina es la base para elaborar decenas de fármacos con usos médicos. Antidiarreicos, antitusivos, relajantes musculares o calmantes. Pero para elaborarlos hacen falta grandes cultivos. «Las plantas tienen ciclos de crecimiento muy lentos, así que es difícil explorar todas las posibilidades químicas que nos permitiría modificar la genética de la adormidera», afirmó William DeLoache, coautor del trabajo. «Hacerlo con microbios abarata mucho descubrir nuevos fármacos. Es muy fácil manipular y modificar el ADN de la levadura y probar sus resultados».

Según los autores del trabajo, la posibilidad real de cultivar morfina y otras sustancias derivadas puede estar a no más de un par de años vista. «Es el momento de pensar en políticas necesarias que afecten a esta clase de investigaciones», señaló Dueber. «Es un campo que está avanzando a gran velocidad, así que es importante que busquemos fórmulas para mitigar su abuso».

Si se filtrase el cultivo de levadura capaz de llevar a cabo este proceso, han alertado algunos expertos como Kenneth Oye, analista de políticas científicas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). «Cualquiera podría alimentar esta levadura con un kit casero para elaborar cerveza», apuntó. Unos pocos mililitros de la morfina casera que obtuvieran, explicó, sería el equivalente de una dosis estándar. Además, claro, podría poner las cosas más fáciles a los productores de heroína. En vez de tener que mantener enormes cultivos en países como Afganistán o Birmania, relativamente difíciles de mantener, y lejos de sus clientes finales, podrían producirla en cualquier parte del mundo. «La biología sintética está alcanzando su madurez, así que tenemos que empezar a fomentar una conducta responsable», señaló Oye.