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Mikel Lejarza, que suma experiencia en EITB, Tele 5 y Antena 3, se dirige al Guggenheim para participar en el foro Innova.
«Me hubiera encantado llevar al cine la novela 'Patria'»

«Me hubiera encantado llevar al cine la novela 'Patria'»

Voz autorizada del mundo audiovisual en este país, considera que las «mejores historias están en la actualidad»

José Mari Reviriego

Domingo, 2 de abril 2017, 01:44

Mikel Lejarza Ortiz (Bilbao, 1956) busca una historia. Una buena, sin tramas forzadas ni artificios. Algo interesante a ras de la calle que «nos haga ser mejores personas». Lo dice alguien que, desde la discreción, ha hecho posible algunas de las mejores películas de los últimos años en este país -coprodujo La isla mínima-.

Presidente de la división de cine de Atresmedia (Antena 3, La Sexta y Neox, entre otras cadenas), Lejarza participó el viernes en Innova, el foro sobre el mundo digital y la empresa que organiza EL CORREO en colaboración con la Diputación de Bizkaia, el Ayuntamiento de Bilbao, Euskaltel y Laboral Kutxa. Lo hizo en el capítulo dedicado a contadores de historias. Y acaba de encontrar una que le ha pellizcado el corazón.

Le cuento otra. Érase una vez un bilbaíno que desembarcó en Madrid hace veinte años y que se abrió camino, evitando tentaciones y ofertas inconfesables. ¿Le suena?

Jeje... Supongo que también hay cosas negativas en la vida, pero sí, me suena.

¿Hay mucho vampiro en Madrid?

No. Madrid es una ciudad fantástica para vivir, abierta. He conocido a gente maravillosa de la que he aprendido mucho.

Se dice que usted, presidente de Atresmedia Cine, y Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset (Cuatro y Telecinco, entre otras), son los que cortan el bacalao en el mundo del cine español.

Los dos grupos de comunicación privados tenemos un papel muy relevante en el mundo de la producción cinematográfica, por número y taquillas conseguidas, pero también juegan la televisión pública y los productores independientes.

¿Qué siente al recoger premios como con la La isla mínima, goya a la mejor película en 2015?

No fui a la gala de los Goya, aunque sea uno de los productores de esa película. En realidad, no he ido nunca. No soy miembro de la Academia del Cine, aunque me lo han ofrecido un montón de veces. No debe haber una Academia del Cine ni de la Televisión. Debería haber una Academia del Audiovisual.

¿Qué debe tener una buena historia?

El elemento esencial es que nos haga ser mejores personas, más felices. Que nos construya por dentro. Hay historias que pueden ser morbosas y demás, pero en vez de construir nos destruyen. Las mejores están en la actualidad. Hay que escuchar a la calle.

¿Qué le parece que el cine haya sido excluido de la bajada del IVA cultural?

Para mí es difícil de entender. Aunque el cine goza, sin embargo, de otras ayudas, siendo la más importante la obligación que tenemos de invertir los grupos audiovisuales con licencia televisiva, algo que, personalmente, no comparto.

Retomando la historia con la que arrancamos, ¿ese vasco que dio el salto a Madrid ha tenido que decir muchas veces no?

Me paso el día diciendo que no. No a proyectos, claro. El año pasado produjimos 14 películas y nos presentan al año más de 150. Fíjese cuántas veces tengo que decir no.

¿Ha sentido alguna vez la sensación de que le querían comprar, no sé, con angulas, un rólex...?

Jajaja. Nadie me lo ha ofrecido. Este es un sector muy profesionalizado y estamos suficientemente bien pagados. Ese cortejo es una leyenda urbana. Nos dedicamos al entretenimiento, pero somos muy serios.

La entrada en liza de los partidos emergentes ha facilitado que se ponga en cuestión la Monarquía, los toros, las puertas giratorias o la Iglesia. ¿Cuándo se incorporarán estos guiones a los relatos de nuestra cultura popular?

Ya se están incorporando. El año pasado produjimos una excelente película, Que Dios nos perdone, y ahí lo podrán comprobar. No hay ninguna ficción capaz de mejorar la propia realidad, que es la principal fuente para contar buenas historias.

Presiones políticas

¿Ha recibido presiones políticas?

En absoluto. Y he trabajado en ETB, Tele 5 y Antena 3. Los administradores de la política tienen cosas más importantes que hacer que llamar a humildes periodistas como yo. La presión viene por la competitividad del sector. El público es muy inteligente. No se deja manipular y siempre acaba eligiendo lo bueno sobre lo malo. El que te juzga al final no es el político. Es el público, que es insobornable.

¿Cuál es la serie, película o documento que más le ha impresionado en los últimos tiempos?

Soy un gran consumidor de series. Me gusta mucho Black Mirror y desde un punto de vista más comercial, The Crown. Como novedad, This Is Us, pese a su exceso de sentimentalismo. Y en cine me gustó mucho Contratiempo.

Tras el final de ETA, han proliferado las películas que retratan el impacto de la violencia en la sociedad. Sin embargo, ¿está aún por escribirse el relato definitivo?

Bueno, a mí me hubiera encantando llevar al cine Patria, de Fernando Aramburu. El problema es que los derechos los tiene un competidor nuestro. Creo que Mediaset va a hacer una serie. Es una novela excepcional.

¿Es cierto que juntó a Agustín Díaz Yanes y Arturo Pérez-Reverte para montar una película?

Pues ya la hemos hecho. Se estrenará a finales de año. Se llamará Oro, basada en un relato original, no publicado, de Arturo. Se trata de una película que va a contracorriente del cine comercial que se lleva ahora.

¿Qué le pareció el programa de humor de ETB-1 que despreciaba con términos como «facha» y «paleto» la identidad española?

Como productores de El guardián invisible (película en la que trabaja una de las actrices que figura en el controvertido documento), sacamos un comunicado en el que nos desligamos totalmente y reprobamos este tipo de comentarios. A mí me parece inaceptable. Las entidades públicas están para resolver problemas a los ciudadanos, no para crearlos. Además, el que hace ese tipo de humor se está descalificando así mismo porque reírse así de una de las culturas más importantes que hay en el planeta, la española, denota profunda ignorancia.

Nos hemos reído con los apellidos vascos, ¿pero cuántos prejuicios quedan por derribar en Euskadi?

Para mi desgracia llevo ya 22 años sin vivir en Euskadi. Aunque sigo teniendo contacto, no es lo suficientemente diario como para permitirme hacer análisis sobre la situación vasca. Pero Euskadi es una sociedad magnífica, profundamente normalizada.

¿Hay aún demasiadas cautelas para abordar cuestiones como el nacionalismo o el concepto de España?

No es mi caso. A mí Euskadi me parece maravilloso y España, maravillosa. No tengo ningún conflicto con ello ni lo he tenido nunca.

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