Javier Albisu (EFE)
Martes, 28 de marzo 2017, 13:31
Los accidentes de tráfico se cobran 1,5 millones de muertes al año en el mundo y bastaría prestar atención a problemas tan conocidos como el alcohol, las drogas, el cinturón de seguridad, el exceso de velocidad o las distracciones como el móvil para reducir ... drásticamente esa cifra.
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"La velocidad es el asesino", dijo hoy, tajante, el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y enviado especial de la ONU para seguridad vial, Jean Todt, en una conferencia sobre tráfico rodado organizada por la Unión Europea en Malta, que ejerce la presidencia de turno de la UE.
Lo dijo a sabiendas de que su imagen es indisociable de las carreras de rallies y Fórmula Uno donde la velocidad manda, pero desde su papel de embajador global para reducir la mortalidad en las carreteras de todo el mundo. "Es verdad. He pasado 50 años de mi vida en las carreras. Pero las carreras deben de ser un laboratorio de prototipos de alto nivel (...). No es solo marketing", añade Todt, que insiste en un mismo mensaje: hay que progresar en todas partes, pero especialmente en los países con menos recursos.
Los accidentes mortales de tráfico son un problema que se ceba especialmente con los más pobres, que registran el 90 % de los decesos. "Son la novena causa de muerte en el mundo y, sin no cambia nada, será la séptima para 2030", prosigue el que fuera máximo responsable de Ferrari.
Los países desarrollados, donde habita el 18 % de la población mundial y donde se encuentran el 46 % de los vehículos, registran "solo" el 10 % de las muertes en carretera. Y corregir a la mitad ese dato, que Todt compara con la "malaria, la tuberculosis o el VHI", es posible en el corto y medio plazo a base de educación, infraestructura, leyes. "Aplicar la ley es absolutamente esencial. Y no es muy popular. La gente piensa que se le prohíben cosas y al ser humano le gusta la libertad (...). Pero si no se aplica la ley no se puede mejorar", describió Todt.
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El embajador de la ONU para la seguridad vial está convencido de que "se pueden dividir al 50 % las muertes en los países pobres solo con el cinturón de seguridad, el casco, y la conducción si alcohol", añadió Todt, que incluye en la lista de peligros en la carretera un elemento relativamente novedoso: el teléfono móvil. "El uso del teléfono está casi al mismo nivel que el alcohol. Tiene que haber tolerancia cero", continúa el presidente de la FIA.
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