Jan Echevarría
Miércoles, 22 de marzo 2017, 08:37
Es una preciosidad. Mirada viva, dulce y con un aspecto de buena que dan ganas de comérsela. De un vistazo, cualquiera diría que Dominique es una niña de diez meses como cualquier otra. No obstante, basta con atender un poco y fijarse en su espalda ... para ver que tiene un problema de nacimiento.
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La pequeña tenía las dos piernas y la espina dorsal de su gemelo parásito, un hermano idéntico que no se separa completamente en el desarrollo. Y para atajar el problema y quitarse las partes del cuerpo que llevaba pegadas a su cuerpo viajó de su Costa de Marfil natal a un hospital estadounidense.
Allí, Nancy se convirtió en su madre de acogida y cinco cirujanos en su salvación. Estudiaron su caso, le hicieron todas las pruebas y tras seis horas de quirófano la menor superó el postoperatorio con el coraje de un adulto. Ahora, dos semanas después, ya se encuentra casi totalmente recuperada.
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