![La rabia que amenaza al Baztán](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201703/10/media/cortadas/piscolabis-kCh-U212706380794kjD-490x578@El%20Correo.jpg)
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jon uriarte
Sábado, 11 de marzo 2017, 02:13
Se ha escrito mucho sobre el programa de ETB donde la definición de España y los españoles provocó el Armageddon. Bueno, en realidad, es habitual el frentista que acontece cada cierto tiempo y que se va como llegó. Siempre hay otra noticia que eclipsa a la anterior. Además ya se han pedido disculpas oficiales y oficiosas. Pero, aún así, alguien debería repasar su concepto de lo que es un chiste. Decir que España tiene ese nombre porque el de Mongolia ya estaba cogido, nada tiene que ver con los ingeniosos guiones que, por ejemplo, se escuchan en 'Vaya semanita'. Algunos sobre temas polémicos, por cierto. Además, no lo olvidemos, una cosa es que se diga que los españoles son paletos y horteras en, por ejemplo, Telemadrid y otra muy diferente en ETB.
Quien no entienda el cabreo solo hace falta que lo imagine al revés. Que en Telemadrid, por seguir con esa cadena, hubieran juntado a un grupo de personajes comentando que los vascos somos horteras, paletos, chonis y que Euskadi se llama así porque Mongolia estaba cogido. No tiene un pase. Más allá de que carece de gracia alguna, ha generado una oleada de odio hacia todo lo vasco y lo que suene a euskera. Felicidades para los creadores de tamaña provocación, porque si no imaginaban su efecto es que tienen pocos o ningún dedo de frente. Otra cosa es que buscaran eso. Pero lo dudo. Vivimos en un tiempo donde soltamos barbaridades y luego nos asusta la repercusión. Con decir que se ha sacado de contexto o que es libertad de expresión se da carpetazo y el Pepito Grillo de la conciencia se va de kalimotxos. He visto el programa entero y algunos anteriores. Había cosas buenas y más de un sketch creativo. Pero ese día metieron el zanco.
Un servidor entiende la indignación y quería dejarlo claro. Y también que los vascos que trabajamos fuera de Euskadi llevamos un cabreo interesante. Imaginen la semana. Gracias de nuevo a los compañeros de ese programa. Por cierto, muchos cotizamos en la Hacienda vasca, pese a que trabajamos fuera. Lo digo porque, parte de nuestros euros, se van a EITB. Empresa en la que trabajé y siempre me sentiré orgulloso. Por cierto, nunca me hizo falta hacer chistes sobre lo que me parecían los españoles o los chinos. Aunque debo reconocer que tuvimos suerte. No existían las redes sociales. Lo sucedido con el tema del mencionado programa demuestra que la estupidez humana ha encontrado la forma de multiplicarse. Un ejemplo es el boicot a la película 'El guardían invisible'. Todo porque una de las actrices que utilizaron adjetivos despectivos hacia los españoles, Miren Gaztañaga, sale en ella. Acojonante la vuelta de tuerca de los cretinos del Twitter, el Facebook y el WhatsApp.
El pasado domingo escuché un silbido a una hora tan temprana como inadecuada. Era el móvil. Pasado el susto lo revisé, pensando que quizá fuera importante. Abrí el mensaje y era un cartel donde se leía 'El asesino de 'El guardían Invisible' es...'. He leído la trilogía, así que no me reventaron el final. Pero sí el domingo. De hecho, llevo cabreado toda la semana. Porque no soporto a los amigos de los boicots. No atienden a razones. Tampoco mucha gente que nos rodea. Y la cosa se convirtió en éxito viral. Como una actriz se mofa de España, la película en la que sale debe ser machacada. Con un par. Pensé en llamar a quien me lo había mandado, pero temí perder los estribos. Tiene un restaurante y un pub. Pensé que sería muy divertido que alguien hiciera públicos los mensajes que envía con chistes machistas a más no poder, anticatalanistas hasta el odio peligroso o simplemente zafios. Un día envió un chiste sobre Irene Villa y no es precisamente un concejal de Podemos. Pero se ve que la noche le confunde. La noche en que su madre le parió, quiero decir. Y desde entonces no ha mejorado. Pero, para mi desgracia, no fue el único que me envió el final de la película.
De ser la más taquillera a convertirse en la más sospechosa. De la noche a la mañana se transformó en una cinta apestada. Como saben tuvo que salir a desmarcarse de los contenidos del programa hasta el apuntador. Pero daba igual. El daño estaba hecho. Y encima Willy Toledo aparece, pone a caldo a Etura y le llama vendida. Perfecto. Ya estamos todos. Luego me preguntan por qué no escribo más en Twitter. Por el mismo motivo que ya no me quedo de copas más allá de ciertas horas y en ciertos sitios. El peligro a meterte en líos aumenta. Hay quien no sabe beber y quien no sabe utilizar las redes. Por eso aflora la mala baba. Y la rabia. Disparan con tanto odio que no les importan daños colaterales. Y eso me lleva a cierto caso.
Hace años, en los días del boicot a los productos franceses, conocí a un tipo que lo seguía a rajatabla. Hasta que entró a trabajar en la Renault. Como que se le pasó el compromiso político. Pero no todos cambian, aunque solo sea por la nómina. Y la rabia se extiende. Recordarán el boicot al cava catalán. Y conozco a gente, más de cinco en un solo pueblo de Madrid, que jamás compran productos vascos. De hecho evitan pasar por Euskadi. Alguno no ha estado jamás. Y, aquí viene lo gordo, tampoco beben vino de Rioja, no me refiero a la denominación Rioja Alavesa sino a la otra, porque es «vino casi vasco». Tal cual lo escuchan. Que no se me enfaden los riojanos. No lo digo yo. Sino los amigos del boicot. Que son legión. Hace poco descubrí que hay marcas que están vetadas porque son las favoritas de Donald Trump. Incluida la que vestirá al Athletic. Lo que me faltaba. Ahora tengo que investigar a quién vota el que diseñó mis calzoncillos. No sea que tenga que hacerle un boicot y llevar el culo al aire. Por cierto, tras muchos de esos mensajes hay intereses empresariales y económicos. Y les da igual que lo que cuentan sea verdad o mentira. Difama que algo queda.
En fin, no he visto la película. Pero me gustaron los libros. Y Dolores Redondo es una persona muy agradable. Compartimos un día en la Feria del libro de Bilbao y les aseguro que hay gente que no ha vendido ni un 1% de lo que ella y se creen García Márquez. Además me dicen que el Baztán sale precioso. Así que solo por eso, les animo a que la vean. Por cierto, la productora es ATRESMEDIA que nada tiene que ver con ETB ni con quienes llamaron chabacanos a los españoles. Lo que me lleva a pensar si no estará detrás alguno de sus rivales mediáticos. Sea como fuere, no pueden ganar los propagadores de rabias sociales. Esas que invaden nuestros móviles y penetran en nuestras vidas. Si no veo la película que no sea porque alguien, que debería calmar su mala leche con el onanismo matinal, ha decidido joderme el domingo, la semana y, si le dejo, la vida.
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