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claudia urbizu
Domingo, 5 de febrero 2017, 00:44
«Tenemos que elegir bien a los maridos» y, antes de convivir en pareja, alcanzar un acuerdo para evitar que las mujeres trabajen más en el hogar, sostiene Suzanne Moll, directora del Instituto de Igualdad, Género y Diversidad de Dinamarca (Kvinfo), que acaba de pronunciar ... una charla en Hernani sobre la conciliación de la vida laboral y familiar.
¿Es posible alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida?
Es un pregunta difícil. Me encantaría poder decir que sí, pero no sé si voy a llegar a verlo. Lo que sí sé es que si perdemos el enfoque y dejamos de luchar vamos a retroceder. Mantenernos donde estamos ya es un retroceso.
¿Qué podemos hacer entonces?
Se puede hacer mucho desde una perspectiva estructural, en términos de igualdad de salario y acceso igualitario a la educación o los puestos de liderazgo. También mejorar la baja por maternidad y luchar contra la violencia machista. Es muy importante incluir a los hombres en el debate de la vida familiar, hacer un esfuerzo conjunto.
En la Plataforma de Acción de Beijing los gobiernos se comprometieron a implicar a los hombres en todas las acciones a favor de la igualdad. ¿Funcionó?
Han pasado ya más de veinte años y no hemos mejorado. Era la oportunidad perfecta para hacerlo y hemos sido demasiado pacientes. Estamos aún muy lejos.
Hablando de conciliación, todavía son las mujeres quienes más trabajan en el hogar. ¿Cómo luchamos contra esto?
Tenemos que elegir bien a los maridos. Es un tema que debe debatirse antes de pasar el resto de la vida juntos. Dentro de las relaciones hay que hablar de estar cosas. Y, luego, tenemos que asegurarnos, como mujeres, de que tenemos unas buenas condiciones laborales. Llegar a un acuerdo para salir antes del trabajo. Esto permite una buena organización y disfrutar del tiempo libre. Propongo un toque de queda de cinco a ocho de la tarde para la vida familiar, durante el que no se pueda trabajar ni hablar de trabajo.
¿Qué importancia tiene el permiso por paternidad?
Todas las investigaciones demuestran que es durante el primer mes de vida del bebé cuando se establece la relación con los familiares. Los hombres que tienen ese contacto luego tienen otro tipo de relación con sus hijos. Es como ir plantando pequeñas semillas. Otro beneficio es que también tienen más respeto hacia lo que supone estar en casa, lo que son las tareas domésticas.
En España el permiso por paternidad acaba de pasar de dos semanas a un mes.
Me parece poco tiempo, pero es un paso en la dirección correcta.
Dinamarca encabeza la lista de casos de violencia machista en Europa: el 52% de las mujeres afirma haberla sufrido. Le siguen Finlandia y Suecia. ¿Realmente hay tantos casos o hay más visibilidad?
Yo creo que es esa la explicación, la visibilidad, porque las mujeres denuncian más estos actos. Pero hay otra cuestión que tiene que ver con los medios de comunicación. Nosotros hace poco tuvimos el caso de un hombre que mató a su mujer, sus hijos y luego se suicidó. Pues los medios hablaron de tragedia familiar, cuando se trataba de un asesinato.
Parece que cada vez estamos más concienciados, pero todos los días hay nuevos casos. ¿Cómo podemos luchar contra esto?
Yo creo que tenemos que trabajar con la percepción masculina. El tema de la masculinidad. Si estereotipamos ambos sexos desde una edad muy temprana, los hombres experimentan una presión sobre qué supone ser un hombre. Por un lado parece que tienen que demostrar que son masculinos, y a la vez no se les deja hablar de sus miedos y de cómo se sienten frustrados. Hay que enseñarles a expresar sus emociones. Y todo esto tiene que ver con el lenguaje que utilizamos.
¿Qué le pasa al lenguaje?
Si tienes miedo te dicen «no seas niña». Eso es así. Y es muy difícil cambiarlo. Recuerdo un 'spot' en el que dicen a varias personas que corran como una chica. Las niñas más pequeñas corren como ellas saben hacerlo. Pero las adultas lo hacen como si no supiesen, sin fundamento. Tenemos estos estereotipos tan internalizados...
El techo de cristal
¿Cuánto mal nos hace la publicidad en este tema?
Hay quienes hacen publicidad inteligente y utilizan los estereotipos como contraherramienta. Por ejemplo Dove, que hace anuncios con mujeres con curvas. Hay que darle la vuelta a la tortilla porque, además, esas campañas gozan de más credibilidad. ¿Quién cree que todos podemos ser como Cindy Crawford?
Usted tiene experiencia en los medios de comunicación.
He estado trabajando en Ucrania y no puedes imaginar lo horribles que son algunas de las campañas publicitarias para las mujeres. Igual que las cadenas de televisión de Berlusconi. ¡Unas modelos en un sofá con unos hombres mayores! Pero también lo vemos en las películas. Aunque, por suerte, la industria cinematográfica de Estados Unidos está cambiando. Antes era más habitual ver a hombres de setenta años seduciendo a jovencitas.
Algo parecido ocurre en nuestros programas y series de televisión. Las mujeres casi siempre son jóvenes y guapas, pero los hombres no tanto.
Algunos de los programas de televisión más importantes de Estados Unidos tienen presentadoras mayores. Pero todavía (también en mi país) en las noticias hay unos seis hombres y una mujer como presentadores. Dicen que porque ellos están más preparados. Y es mentira.
¿El famoso techo de cristal?
Absolutamente sí. Mira lo que ocurrió con Hilary Clinton.
Y hay marchas de mujeres por todo el mundo en contra de Trump.
La llegada de Trump ha dado una nueva oportunidad al movimiento feminista. Lo que está ocurriendo es horrible. Pero ha ayudado a que muchos hombres se hayan movilizado por la causa. Yo estuve en una movilización el sábado y más del 30% eran hombres. Paso a paso.
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