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Harold Bornstein, en Manhattan.
El asombroso doctor de Trump

El asombroso doctor de Trump

Harold Bornstein escribía poemas en la facultad de medicina y se sentaba en la última fila. Así es el excéntrico médico del candidato republicano. «Creo que me gusta porque yo le gusto a él»

francisco apaolaza

Jueves, 15 de septiembre 2016, 01:06

Solo un tipo tan extraño, excéntrico y excesivo comoDonald Trump podía buscarse un doctor tan extraño, excéntrico y excesivo como Harold Bornstein, que firmó un documento en 2015 en el que decía que el ahora candidato republicano tenía «la mejor salud de todos los presidentes ... elegidos en EEUU».Después se reafirmó contando que es probablemente cierto, puesto que todos están muertos o más enfermos (¿qué pasa con Obama?).Este personaje, que desde hace años ejerce la medicina interna en Nueva York, es un ejemplo de los actores monthypitonianos que de vez en cuando, como extrañas setas, hace florecer la política en campaña. La de las presidenciales norteamericanas dio un giro galénico cuando este fin de semana, a la salida de un acto de recuerdo a las víctimas de los atentados terroristas del 11-S, a Hillary Clinton le flaquearon las rodillas, perdió el sentido y la tuvieron que meter en volandas en una furgoneta camino del hospital. Neumonía. Los guardaespaldas hicieron lo posible por crear una pantalla y que no se viera a la candidata desfallecer, pero en la acera quedó un zapato de Clinton. Trump olió la sangre y entró a degüello. Esa misma noche, el magnate metido a político abrió la caja de los truenos al sugerir que Clinton no estaba en condiciones físicas de ser presidenta de los Estados Unidos. Y empezó la guerra.

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