Helados de frutas y grillos para los monos de Sendaviva

Así que sus responsables han decidido incluir en el menú de los animales unos helados que les refresquen. Los de los tigres son básicamente agua a la que se añaden trozos de carne. Se congela dentro de un cubo y se tira luego el bloque congelado en el estanque para que chupen hasta que puedan llegar a los pedazos de carne.

La 'heladería' de Sendaviva tiene variedades de todos los sabores, a gusto del consumidor. A los monos titis de Sudamérica, por ejemplo, les gustan con grillos y gusanos, que congelan en bloques del tamaño de un vaso y cuelgan después en los árboles. «Los gusanos y los grillos te los venden ya congelados, así que simplemente metemos unos pocos en un vaso de agua y también algunos trozos de fruta y lo metemos todo al congelador. Otras veces les hemos colgado simplemente plátanos congelados. Es una manera de que coman pero a la vez se refresquen. Un estímulo extra para el verano», explica Javier Elia, responsable de fauna y flora de Sendaviva.

Los monos son realmente agradecidos con los helados o con lo que les pongan porque les encanta jugar. Y también a las nutrias, que estos meses de julio y agosto han incorporado a su dieta habitual unos sabrosos helados de trucha. Los de los monos eran 'heladitos' pequeños, pero estos son bloques de hielo con pescado del tamaño de un cubo de basura que sueltan en la piscina. «La rutina de alimentación de las nutrias es darles truchas a la boca o tirárselas al agua para que las cojan, ahora además se las ponemos troceadas en hielo y le añadimos algo de corazón de vaca para que ese agua descongelada tenga más sabor. Pasan un buen rato...».

Los lemures, muy parecidos a los primates, también «son mucho de enredar», así que están encantados con el refrescante postre que los responsables de Sendaviva les están dando este verano. «A ellos se los preparamos de frutas, una especie de macedonia con naranjas, piña, manzana, melón, sandía... Aunque con un helado de medio vaso les basta».

Además de estos, mangostas, suricatos, puercoespines, monos capuchinos, ciervos... se han apuntado a la dieta del helado. En Sendaviva conviven unas doscientas especies y el recinto alberga más de 800 animales. Claro que a todos no les gustan los helados. «Los animales que se tienen que buscar la vida para lograr comida, como los monos que tienen que moverse entre los árboles, son los que mejor responden a este tipo de estímulos».

En todo caso que aprovechen, que les quedan unas semanas solo de menú veraniego. Cuando empiece el otoño se acabaron los helados, pero hay alternativa. «En invierno cuentan con nuevos elementos en sus instalaciones, como sacos con juguetes en el interior, vegetación y mobiliario natural (troncos y ramas) que cambia de ubicación y con los que juegan». El objetivo, explican los responsables del parque, «mejorar y mantener el bienestar tanto físico como psicológico de los animales». Entretenerles a ellos, y también a los visitantes.