El Torrente del porno

Hasta ahora, había saldado sus numerosas cuentas con la Justicia con pequeñas condenas o multas. Esta vez las acusaciones son mucho más serias: trata de seres humanos, blanqueo, agresión sexual, pertenencia a banda organizada, producción y difusión de pornografía infantil, prostitución y corrupción de menores. Si se lograran probar la mitad, el 'rey del porno freak' español podría pasar tras las rejas tanto tiempo como el que ha dedicado a levantar su gran 'supermercado' digital del sexo de bajo coste y marcas blancas. Ya se lo advirtió su colega y dibujante bilbaíno Rober Garay, quien le puso el mote de Torbellino, herencia de su hiperactividad infantil: «El porno le puede llevar a la jubilación, pero caerse de ahí da un pánico terrible». Torbe ya está viendo cómo se cumple esa predicción.

Hijo de un matrimonio de comerciantes acomodados de la Margen Derecha del Nervión, Natxo nació en Portugalete (1969) y vivió hasta la mayoría de edad en chalés de gente bien entre Las Arenas y Algorta. La esmerada educación que recibió en las aulas del Munabe («Danger! Colegio del Opus!», como cuenta en su blog) no encauzó una mente acelerada. «Me aburría mucho. Quería ser un montón de cosas y nada de lo que me querían enseñar se adecuaba a mis necesidades», refleja en la biografía de su web elblogdetorbe.es

Con 18 años se largó de casa (él insiste en que le echaron sus padres) y se convirtió en un buscavidas dispuesto a hacer de todo. Vivía en pisos compartidos con los poco más de 200 euros que le facilitaba el Ayuntamiento de Bilbao como ayuda social. Con vena artística y dotado para el dibujo, alternó colaboraciones en emisoras de radio, programas de televisión (siempre en personajes sucios) y la edición de 'La Comictiva', un cómic de cierto éxito pero sin salida comercial. El rastreo por las televisiones muestra a un personaje que ha trabajado en casi todos los 'shows' nocturnos de los años noventa, en los que las cadenas rivalizaban con espacios de mal gusto. Él solía salirse de madre. También berreó en Miles de Albañiles, la banda de 'cómic pop absurd sound' que compartió con Rober Garay. Corría el año 1996 y todavía se declaraba «pobre de solemnidad», una situación que le duró hasta que cumplió los 30.

Aquel año lo cambió todo. Torbellino descubrió la incipiente internet y acortó su apodo hasta dejarlo en Torbe para poder chatear y hacerse un nombre. Son los años de 'El escándalo de Larry Flynt' y 'Boogie Nights', películas que recrean el triunfo comercial de los magnates del porno americano. «El humor y el sexo funcionan por separado. Juntándolos también funcionarán», se dijo. Tenía claro que quería convertirse en el Larry Flynt español, pero con el aroma de Santiago Segura, su tótem, con el que llegó a hacer cameos en tres entregas de 'Torrente'.

Porno para el pueblo

Entonces creó Pagina Torbellinesca, antecedente de Putalocura, el tronco del que ahora cuelgan las ramas de su frondoso 'árbol' de webcams porno caseras y canciones frikis que él mismo protagoniza. En una primera pesquisa, las brigadas policiales han detectado que es administrador de al menos seis empresas, entre ellas la emblemática La Cerda Films.

Natxo Allende se instaló en 'Villacerda', un gran ático del centro de Madrid donde simplemente graba escenas y las cuelga. Ahora trabajan allí 20 personas, más otra docena de informáticos externos. Gana millones solo con la publicidad. «He acercado el porno al pueblo profesionalizando el amateur», se jacta. Narcisista, recrea su universo en sus propios vídeos. En uno de ellos dice que ha tenido 3.000 mujeres, algo que «me produce dicha, amor y relajación... No tengo que escucharlas; vinieron, me las follé y se fueron». Pero también hizo lo mismo con una menor de 17 años en 2006 y se libró de la cárcel por los pelos. Y porque cada vez gasta más en abogados que se pasan el día visitando los juzgados y sacándole de apuros. Ahora tendrán más trabajo para librarle de la supuesta mafia ucraniana de trata de blancas con la que le relaciona la Policía.

Recientemente, en una de sus peroratas digitales, decía: «Estoy pergeñando algo grande (...) estoy a punto de dar el salto hacia otro mundo». Si la idea era explotar el 'porno carcelario', ahora va a tener ocasión.