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elcorreo.com
Lunes, 11 de abril 2016, 18:40
No ha podido elegir mejor la selección española de fútbol, actual campeona de Europa, para su concentración durante la Eurocopa 2016, que tendrá lugar en varias ciudades francesas entre el 10 de junio y el 10 de julio. Los jugadores de 'La Roja' disfrutarán de los encantos de la isla de Ré, considerada un pequeño paraíso en el Atlántico francés, a mitad de camino entre Nantes y Burdeos, frente a La Rochelle, en el departamento de Poitou-Charentes.
Considerado como uno de los destinos más 'chic' de Francia y uno de los más románticos, el lugar, con forma de caballito de mar, desprende un ambiente que la hace muy especial.Ré está separada del continente al norte por el Pertuis Bretón y la isla de Oléron, y al sur por el Pertuis de Antioquía. Tiene aproximadamente las mismas horas de sol que la Costa Azul y en ella se siente constantemente una ligera brisa, mientras que la temperatura del agua suele ser fresca. La isla está formada por diez pueblos de casitas blancas con persianas de colores. En sus paisajes abundan los viñedos, marismas y playas salvajes.
Los jugadores y el equipo técnico de 'La Roja' estarán alojados en el exclusivo Hotel Atalante Relais Thalasso, de cuatro estrellas, en la localidad de Sainte-Marie-de-Ré, la capital de la isla, y entrenarán en el estadio Marcel Gaillard. Para las fechas en que se aloja la selección española no parecen quedar habitaciones disponibles. En otras fechas, la habitación doble cuesta a partir de 120 euros, según el buscador www.jetcost.es
Las habitaciones poseen un balcón o una terraza que ofrecen una vista sobre el mar o las viñas. Todas están equipadas con una conexión wifi gratuita y algunas están climatizadas. El hotel cuenta con 96 habitaciones y un centro de talasoterapia de 1700 metros cúbicos que ofrece sus instalaciones para relajarse, o estimularse, con las beneficios del agua de mar. Sus servicios de alta gama, la calidad de sus tratamientos y la situación excepcional se añaden a una magnífica piscina exterior frente al océano.
Seguramente, la expedición española, que suele viajar a las grandes citas futbolísticas con sus propios cocineros, se perderán los platos de productos de temporada en el restaurante Atalante y sus 2 tenedores Michelin. Frente al mar, el chef Arnaud Thiry propone un menú con sabores locales en el que se suele encontrar pescados frescos de la lonja de La Rochelle o verduras de pequeños productores de la isla.
Paseos a pie o en bicicleta
Lo que sí pueden hacer los jugadores es dar cortos paseos a pie o en bicicleta, existe una red de pistas para estos vehículos de dos ruedas de unos 100 kilómetros. A lo largo de sus recorridos, podrán cruzarse con bosques de pinos, animadas aldeas y pequeños puertos de pescadores donde disfrutar de sus agradables mercados, así como degustar sus sabrosísimas ostras. En la otra punta de la isla, se encuentra el majestuoso faro de las ballenas, construido en el siglo XIX. Desde lo alto de sus 57 metros, las vistas sobre la costa de la Vendée, el Pertuis Bretón y la punta del Aiguillon al este y Oléron al sur son increíbles.
No muy lejos está otro de sus tesoros, las Salinas. La flor de sal que produce, con una bonita apariencia cristalina, es otro de los símbolos de este lugar. Estos espacios de agua poco profunda constituyen una reserva para pescados y anguilas como la de Lilleau del Niges. Entre ellas, en islotes o en el flanco de los montículos, las especies protegidas pueden ir a posarse serenamente y anidar. Procedentes de África, Siberia, Groenlandia, Escandinavia o Canadá, más de 300 especies fueron observadas por la Liga de Protección de los Pájaros que, para poder catalogarlas, procede regularmente a su anillamiento. En algunos campos, robustas ovejas de origen escocés, de cabeza negra, siegan concienzudamente los prados al pacer en la hierba salada.
Lo más barato para llegar a la isla de Ré es ir Madrid para volar a Nantes desde 138 euros; o a Burdeos desde 167. En la propia isla y entre sus diez pueblitos hay numerosos pequeños y medianos hoteles que ofrecen alojamiento a partir de 69 euros la habitación doble.
Además de los paisajes, hay que destacar por su grandiosidad el recinto urbano de Saint-Martin-de-Ré, una media luna con radio de 1,5 km y más de 14 kilómetros de fortificaciones para proteger al conjunto de la población de la isla en caso de desembarco del enemigo. Edificada entre 1681 y 1685, esta obra maestra de la arquitectura militar del siglo XVII creada por el ingeniero más famoso de Luís XIV, está perfectamente conservada. Las fortificaciones de Vauban de Saint-Martin-de-Ré, están clasificadas como patrimonio mundial de la Humanidad desde 2008 dentro de la red de las 12 obras mayores de Vauban.
Escenario de 'El día más largo'
Durante la Segunda Guerra Mundial, las playas de la isla fueron fortificadas por las fuerzas alemanas con búnkeres, para bloquear una posible invasión marítima, dentro de la cadena de puntos de refuerzo que fue el Muro Atlántico. Muchos de ellos siguen siendo visibles, en estado más o menos abandonado. De hecho, varias escenas de la película 'El día más largo' fueron filmadas en las playas de la Isla de Ré.
Con todo este marco incomparable a su disposición, no resulta extraño que sus habitantes se dediquen a entregarse al arte de vivir lejos de los problemas del día a día, lo que se conoce como el estilo 'isla de Ré'. Un paseo por la playa, tomar un helado en la Martinière en el puerto de la capital, Saint-Martin-de-Ré, buscar ocasiones en un mercado, tomar el sol, practicar deportes náuticos, descubrir el encanto de sus callejuelas y de sus muelles repletos de animadas terrazas, restaurantes y hotelitos de lujo donde poder disfrutar de una noche relajante escuchando un concierto o degustando platos de productos frescos.
Todo ello define, en gran parte, el espíritu de esta isla que también se percibe paseando por sus calles bordeadas de malvarrosas. Sencillez, naturaleza y elegancia caracterizan sus boutiques de decoración y de antigüedades repletas de objetos y muebles de tonos pastel en los que predomina el famoso 'gris de la isla de Ré', que también se encuentran en muchas persianas de sus casas. Un lugar inolvidable en un entorno natural que parece sacado de un libro de aventuras y que seguro proporcionará a los chicos de Del Bosque la tranquilidad y la paz necesarias para encarar los desafíos de la Eurocopa.
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