Érase una vez una abuelita armada...

Los cuentos, las óperas o las canciones perviven en el tiempo gracias a su arraigo popular y a que artistas posteriores se acercan a sus textos, pentagramas o coreografías con la intención de darles un toque actual. Pero el nuevo barniz que tiene Caperucita Roja ha dejado asombrado a más de uno. Porque la niña atraviesa el bosque con un fusil al hombro y la abuela recibe al lobo con un rifle.

La idea de esta actualización es de Amelia Hamilton, una bloguera que se considera «patriota» y defensora de «Dios, la familia y los Estados Unidos». Para su versión ha encontrado acomodo, cómo no, en la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), que la ha colocado en su web para enseñar a los niños que unos ciudadanos bien armados -incluso en el mundo de los cuentos y la ficción- se pueden proteger de aquellos que les quieren dañar. «La mayoría de nosotros probablemente creció con la lectura de cuentos de hadas mientras nos quedábamos dormidos. ¿Pero cuántas veces han pensado, y se te has dado cuenta, de cuán sombríos son algunos de ellos?», dice la NRA en su web y recoge AFP. «¿Se ha preguntado alguna vez cómo habrían sido esos cuentos si a la desafortunada Caperucita Roja o a Hansel y Gretel les hubieran enseñado seguridad de las armas o cómo usarlas?».

Tres cerditos temibles

Hamilton se mostró muy orgullosa del trabajo realizado y defendió el mantra de la NRA de que las armas no son malas si no se usan mal. «Las historias son también para adultos y primero preconizan la seguridad», justificó el viernes en la cadena CBS. Además, esta licenciada en Historia del siglo XVIII invita a sus detractores a que lean las versiones originales de los hermanos Grimm, donde la abuela de Caperucita es devorada viva o la bruja de Hansel y Gretel es calcinada en su horno. La autora le ha cogido gusto a estas transformaciones y anuncia que su próxima adaptación serán Los tres cerditos, donde el lobo feroz en vez de soplar las casas de los incautos hermanos se tendrá que ver con tres gorrinos armados al estilo del viejo Oeste.

En Estados Unidos, uno de cada tres niños vive en una casa con al menos un arma. Y el año pasado, al menos 278 niños hirieron o mataron a alguien al disparar un arma accidentalmente. Y esto no es un cuento.