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marta madruga
Sábado, 12 de marzo 2016, 01:22
Si eres de los que se plantea hasta cuándo podrás seguir llevando la ropa sucia a casa de tus padres para recogerla limpia y planchada, o qué efecto tendrá en tu estómago esa dieta a base de menús del día y 'tuppers' recalentados, una empresa ... de Torrelodones (Madrid) tiene la solución a tus problemas. Coser un bajo como si llevaras haciéndolo años, eliminar todas las arrugas con una sola pasada de plancha, o ser elaborar platos sanos y caseros para cada día son algunas de las lecciones magistrales que se imparten en 'The Home Academy'. «El ritmo de vida ha cambiado y las tareas del hogar que antes se enseñaban de generación en generación ya no sirven», argumenta María González, una de las tres impulsoras de esta iniciativa que pretende revolucionar el término 'ama de casa', para convertirlo en un 'ama tu casa'. «Nosotras queremos inculcar el cariño por el hogar, profesionalizar las enseñanzas y adaptarlas al apresurado ritmo de vida actual», explica.
Ellas no tuvieron que reinventarse, sino indagar en sus propias necesidades y aportar su experiencia profesional. Encontrarse fue puro azar. Rita Cifuentes, la directora del centro, estudió lo que en algunos países anglosajones se denomina Home Economist, una especie de licenciatura de cinco años para convertirse en una mentora del hogar, una figura profesionalizada en otros países que no existe en España. «Queremos sentar las bases de esa profesionalización, que se pueda recurrir a expertos para aprender a organizar un hogar, planificar las tareas y conocer las técnicas», explica María González, periodista de profesión que ejerce de relaciones públicas. La tercera socia de esta escuela es Gema Medina, una terapeuta que ahora anima a sus alumnos a reducir el estrés y encontrar la armonía en un hogar limpio y cuidado.
Desde hace un año imparten sus lecciones en una 'casa-escuela', un espacio habilitado donde poner en práctica la teoría. Tampoco aquí los alumnos se libran de los deberes. «Si, por ejemplo, estamos elaborando los menús semanales, al día siguiente tienen que traer uno hecho». Desde estudiantes hasta empresarios, de ambos sexos, acuden a sus clases. Hay cursos de cocina, protocolo, club de punto o taller de pan. Uno de los que tiene más éxito es el taller exprés 'Casa al día' (135 euros tres sesiones) y en el temario figuran actividades como 'planificar las tareas y ordenar', 'gestionar la colada y la plancha', 'realizar la limpieza exprés del baño', 'organizar la despensa', 'planificar menús' o 'elaborar la lista de la compra'. Tareas habituales en las que podemos ahorrar mucho tiempo si seguimos unas sencillas pautas que hemos intentado condensar en este artículo:
1. Ventila y coloca los cojines a diario
Las 'coaches del hogar' explican que las mismas pautas no sirven para todas las casas, porque cada familia tiene diferentes necesidades y horarios para realizar las tareas del hogar. Hay quien solo puede sacar tiempo el fin de semana, «aún así hay que intentar llevar a cabo pequeñas tareas diarias para mantener nuestra casa limpia y recogida». Para los perezosos, es preferible dedicar unos minutos diarios para que no se conviertan en horas con el paso del tiempo, como recoger los platos de la cena de forma que «al día siguiente no se acumulen y lleguemos a desayunar a una cocina repleta de trabajo por hacer». Es importante tener claro cómo nos gustaría tener nuestra casa y en qué tareas vamos a emplear más tiempo. Además debemos crear hábitos, diarios o semanales, de forma que incorporemos a nuestra rutina tareas sencillas como ventilar, colocar los cojines o barrer.
2. Los peques también colaboran
La limpieza y el cuidado de un hogar es responsabilidad de todos sus miembros. Incluye dentro del 'planning' tareas para todos, incluso los más pequeños de la casa deben contribuir a mantener su habitación recogida, ayudar a preparar la comida o poner la mesa. Es importante que desde una edad temprana asimilen que llevar una casa es una tarea compartida.
3. Hacer la cama genera «calma y armonía»
Una de las actividades que menos entusiasmo despierta es hacer la cama, ¿para qué hacerla si la vamos a deshacer en un rato? Sin embargo, desde 'The Home Academy' destacan que es esencial para generar bienestar emocional, cuando llegamos a casa cansados de trabajar «sentiremos calma y armonía, no angustia y caos». «Con tantos estímulos fuera del hogar, la sociedad actual necesita volver a disfrutar de su casa y de las actividades que se pueden realizar dentro de ella», explica María González, por lo que uno de sus pilares es hacer que sus alumnos hagan suya la expresión de 'sentirse como en casa'. Además, nuestro hogar puede convertirse en la mejor forma de cuidarnos, a través de la dieta y también con gestos como la ventilación diaria. «Es esencial renovar el oxígeno que vamos a respirar a lo largo del día, eliminar el polvo y las impurezas del aire. Basta con abrir las ventanas unos minutos al levantarnos», asegura María González.
4. Elabora menús semanales
Es la forma más sencilla de cuidar tu alimentación, elaborando un menú semanal en el que distribuyamos verduras, pasta, arroz, frutas, carne o pescado de forma sana y equilibrada. «Antes de sentarnos debemos tener en cuenta intolerancias alimentarias y preferencias de todos los miembros de la familia», indica la experta. Esta lista, además de cuidar nuestra alimentación, nos permite ahorrar tiempo y dinero. «Iremos al supermercado una vez o dos a la semana y con la lista de todo lo que necesitamos cerrada, así evitamos compras innecesarias y acudir a la tienda a diario».
5. Si cuelgas bien la ropa... no hay que plancharla luego
Planchar es otra de las tareas hogareñas que menos gusta a los inquilinos de una casa, sin embargo podemos evitar hacerlo con la mayoría de las prendas, porque aprender a tender la ropa correctamente reduce sustancialmente el tiempo que dedicamos a la plancha. Un último centrifugado, colgar las prendas bien dobladas y prender las pinzas en las esquinas para no dejar marcas, evitan pasar por plancha sábanas, camisetas, jerséis o pijamas. Pero si eres de los que tiene que ir hecho un pincel al trabajo, no tienes escapatoria, las camisas deben pasar obligatoriamente por la plancha. Ante esa situación las profesoras nos dan un consejo: «pensar que esos momentos que dedicamos a planchar pueden ser terapéuticos y relajantes, nos olvidamos del estrés y nos concentramos en la tarea que tenemos delante».
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