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Martes, 25 de agosto 2015, 14:10
Uta era una investigadora especializada en leucemia infantil en Salt Lake City, Utah (EE.UU.), que fue encontrada muerta en su baño en 2011.
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En un primer lugar la muerte fue tratada como un suicidio, pero su hijo Pelle no quiso creerlo y decidió gastar ... el dinero que había heredado para probar que su madre había sido asesinada y que su padre era el asesino.
Cuando el matrimonio de Uta se rompió 4 años antes de la muerte de Uta, su exmarido la acusó de haber sido infiel y la situación se volvió tan insostenible que la mujer tuvo que abandonar la casa y dejar a sus cuatro hijos.
Pelle solo tenía 17 años cuando su madre fue encontrada muerta. Vivía con su padre y sus tres hermanos pequeños, pero estaba convencido de que su progenitor la había matado por la reacción que éste tuvo cuando contó a la familia lo sucedido.
John, el padre de Pelle y exmarido de Uta, se convirtió en el primer sospechoso para su hijo y para la policía, e incluso admitió a su hijo: "¿Que pasa si lo hice y no lo recuerdo?", según informa la cadena de televisión norteamericana CBS.
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Batalla por la custodia
En 2012, Pelle dejó la casa familiar y empezó su lucha para demostrar el crimen que creía que su padre había cometido. Su primera misión fue sacar a sus hermanos pequeños del hogar familiar y ganar la batalla por su custodia. Entonces, John demandó a su hijo para que su familia volviera a casa, pero fue en ese momento cuando el hijo decidió utilizar su herencia y denunciar a su padre por asesinato. Y así comenzó una guerra entre padre e hijo.
Cambios en su versión
Con la demanda de su hijo en marcha John tuvo que declarar y su versión de los hechos empezó a cambiar, explicando entonces que había visto a Uta el día de su muerte. Con estos nuevos datos, en abril de 2013, fue arrestado por el asesinato de Uta.
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Durante el juicio del caso, Pelle tuvo que subir al estrado para declarar:
"Estaba en mi habitación cuando mi padre vino con mis hermanos, que estaban llorando, y dijo, 'Uta ha muerto y ellos piensan que lo hice'. Estaba balbuceando, pero entre líneas decía, '¿Soy un monstruo? y ¿Qué si lo hice y no puedo recordarlo?'".
Uno de los testigos expertos explicó que había evidencias de que Uta luchó por su vida y que le habían inyectado Xanax. La defensa, sin embargo, contó que la mujer había tomado el tranquilizante antes de suicidarse.
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El jurado encontró culpable a John del asesinato de su mujer, pero fue sentenciado solo a 15 años de cárcel.
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