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Martes, 11 de agosto 2015, 15:36
Roma acogerá en octubre el Sínodo sobre la familia. En este gran encuentro, la jerarquía eclesiástica afrontará los desafíos pastorales que suponen las nuevas relaciones personales y sociales que se dan en el hogar (matrimonios homosexuales, divorciados, núcleos monoparentales...). Es decir, acordarán la postura católica ... acerca de todas estas, hasta ahora peliagudas, realidades sociales.
El obispo de Bilbao, Mario Iceta, estará allí presente como presidente de la Subcomisión Episcopal española de Familia y Vida. Antes viajará a Filadelfia, al Encuentro Mundial de la Familia. Por eso, su opinión sobre estos temas adquiere especial relevancia. Y según se puede interpretar de sus propias palabras, no cierra las puertas a reconocer y aceptar en el seno de la Iglesia a todas estas personas. "Hay que hacerse cargo de los sufrimientos de los separados y divorciados. Estas personas siguen siendo miembros de la Iglesia y en ella tienen su lugar, su camino y su misión", aseguró ayer Iceta en declaraciones a Europa Press.
Esta línea argumental es la misma que ha utilizado el papa Francisco para exponer su parecer sobre este tema. La pasada semana advirtió de que «la Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie» y aseguró que los divorciados que han vuelto a tener pareja "no están excomulgados, como algunos piensan, sino que forman parte siempre de la Iglesia".
Herida y sufrimiento
De las consultas realizadas y las labores preparatorias del Sínodo ha cristalizado un documento que sirve como base de trabajo y en el que, según Iceta, "hay un énfasis claro en la necesidad de mejorar el acompañamiento a los matrimonios, tanto en su preparación como a lo largo de su recorrido". "Este escrito reconoce que la separación y el divorcio siempre son una herida que provoca profundos sufrimientos para los cónyuges y sus hijos, pero también admite la urgencia de caminos pastorales nuevos, que partan de la realidad efectiva de las fragilidades familiares", apunta el obispo de Bilbao.
Otro de los puntos conflictivos sobre los que se hablará en el Sínodo será el encaje de los homosexuales en la Iglesia. Iceta estima que deben "acompañar a cada persona", también a los homosexuales, "es una de las necesidades más importantes y un reto pastoral de primera magnitud". "Debemos adquirir la pedagogía y las destrezas adecuadas para saber acompañar competentemente a todos aquellos que se nos acercan y nos plantean las cuestiones fundamentales de sus vidas", precisó ayer el obispo de Bilbao.
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