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elcorreo.com
Lunes, 27 de julio 2015, 01:59
El conductor del autocar vasco con 59 personas a bordo accidentado en Lille, en el norte de Francia, ha sido finalmente imputado hoy por "heridas involuntarias" y "violación deliberada de una obligación particular de seguridad o prudencia", pero quedó en libertad bajo control judicial. Fuentes ... judiciales señalaron en la tarde de este lunes que el chófer puede volver a España esta misma noche, pero con la obligación de responder a las distintas convocatorias que reciba hasta la fecha del juicio. Este podría celebrarse dentro de un plazo que oscila entre los 12 y los 18 meses.
El conductor que en el momento del siniestro cubría la ruta entre Bilbao y Amsterdam puede volver a conducir en España, pero no podrá ejercer su actividad en Francia hasta que se decida la sentencia.
El juez de instrucción retuvo los cargos solicitados por la Fiscalía, por los que podría recibir una pena de tres años de cárcel y 45.000 euros en el caso de la "violación manifiestamente deliberada" de la obligación de seguridad o prudencia, y una multa de 1.500 euros por las heridas involuntarias.
Entre las heridas involuntarias se contempla que haya para los afectados una incapacidad de trabajo inferior a tres meses o que no se vaya a dar una incapacidad laboral total.
El conductor, de 59 años y un "buen profesional" según su empresa, se ha encontrado detenido en todo momento desde el accidente, ocurrido al domingo a las 05.29 hora local. En los análisis correspondientes, dio negativo en las pruebas de alcoholemia y drogas, mientras que se le requisó el tacógrafo para analizar su comportamiento al volante. La Fiscalía de Lille solicitó además que el conductor, que fue presentado este lunes ante el juez de instrucción, quedara bajo control judicial hasta la fecha del juicio, lo que parece haberse aceptado.
El autocar procedente de Bilbao y con destino Amsterdam se empotró contra el túnel del Grand Boulevard de la periferia de la ciudad de Lille, a la altura del municipio de La Madeleine en la madrugada del domingo. El vehículo era demasiado voluminoso para la altura del túnel y quedó literalmente decapitado, causando heridas a una treintena de jóvenes, de los cuales 13 seguían este lunes hospitalizados mientras el resto emprendía el viaje de regreso a Euskadi. El hecho de que la mayoría estuviera durmiendo, con los asientos reclinados, ha podido evitar una tragedia mayor. [Último parte médico de los heridos].
"El paso no tenía la señalización suficiente", ha valorado este lunes el diplomático español en Francia. "No tenía el arco con cadenas que se suele poner porque lo había roto un camión, ni tampoco tenía advertencia luminosa y a esa hora es muy difícil, entrando en una vía abierta de doble sentido que es una circunvalación, pensar que es un túnel en esas circunstancias", señaló. Subrayó que "todo parece indicar que era difícil haberlo visto, pero la investigación lo determinará".
Los pasajeros que no estaban hospitalizados han salido de Lille la mañana de este lunes para desplazarse en autobús hasta París, desde donde han volado hasta Loiu. En el mismo aeropuerto les esperaba un equipo de psicólogos y profesionales que también han estado a disposición de sus familiares.
El conductor, "traumatizado"
Respecto a la situación del conductor, el embajador español en Francia, Ramón de Miguel, confirmó que sigue detenido y que el consulado "se encarga de la defensa de los españoles con problemas jurídicos en este país. Nos vamos a ocupar de él. Está muy traumatizado", ha dicho este lunes. El conductor, que dio negativo en los test de alcoholemia y estupefacientes que se le practicaron el domingo, admitió durante su interrogatorio ante la Fiscalía que se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta.
El presidente del consejo departamental de Lille, Jean-René Lecerf, indicó el domingo que la zona en donde se produjo el siniestro cumplía con la normativa, aunque apuntó que faltaba un dispositivo adicional y no obligatorio que impacta a 150 metros antes del túnel contra el vehículo si supera la altura máxima y le alerta.
Exactamente a las 5.29 horas
El brutal impacto en el túnel del Grand Boulevard de Lille ocurrió de madrugada. La mayoría llevaba los asientos reclinados y casi todos estaban dormidos en el momento del impacto. "Eran exactamente las 05.29 horas", señala Iskander con la certeza de los momentos que le cambian a uno la vida. Ayer comenzaba a hacer memoria de lo que habían pasado para 'La Voix du Nord' a las puertas del polideportivo Romarin de La Madeleine.
"Tuvimos mucha suerte", admitía sin reparos junto a otro de los viajeros, su amigo Erlantz, que ya había tranquilizado a los familiares que le llamaban aterrados desde Euskadi tras conocer la noticia por televisión. Los dos viajaban en la parte delantera del vehículo, la menos afectada por la colisión. De hecho, los dos heridos más graves se encontraban en las últimas filas. En esa zona del autocar, la fina línea que traza el azar puede resultar decisoria. Uno de los pasajeros de esas últimas plazas recordaba ayer cómo se despertó por el "gran ruido" y que inmediatamente notó un peso "que se me venía encima". Era parte del techo que salía despedido hacia la parte de atrás y comenzaba a enrollarse en la cola del autobús.
"Olía muy fuerte a quemado y se escuchaban ruidos como eléctricos", describía. Lo primero que hizo fue "comprobar que los cuatro de la cuadrilla estábamos bien". Todos ellos respiraron aliviados al ver que sólo tenían unos rasguños y algunos golpes. A su alrededor había jóvenes con "heridas grandes en la cara", de las que durante la tarde todavía les estaban tratando con anestesia. Al incorporarse en el asiento, él se quedó helado al ver que "tenía una gran barra de hierro a tres centímetros de mi cabeza. He bajado temblando todavía del autobús". Otro de los viajeros reflejaba el dramatismo de aquellos primeros instantes: "Nos hemos despertado de golpe con un susto enorme y había mucha sangre y gritos".
"Estaba dormida y lo he pasado fatal"
Los testimonios recogidos 'in situ' por ETB reflejaron la misma escena. "Estaba dormida y lo he pasado fatal. No sabía si habíamos volcado, ni dónde estábamos. Había barrotes y escombros por todas partes y muchos cristales. Todavía tengo algunos clavados. Lo hemos pasado muy mal, muy mal", relataba Anet. Otro de los pasajeros se salvó por muy poco. "Ha pasado todo el techo por encima de nuestras cabezas y al final teníamos el puente a unos cinco centímetros de nosotros". Todavía con el miedo en el cuerpo, contaba que "esto no se nos va a olvidar nunca". Jon vio a su lado "gente con la cara abierta, sangrando mucho". Lo primero que hizo al bajar del vehículo fue llamar a su casa. "Les despiertas a las cinco y pico de la mañana y les cuentas algo así... les he dejado en shock".
François Ducrocq, el médico psiquiatra del hospital de Lille encargado de atenderles, señaló que fue "un golpe extremadamente violento" y advirtió que los jóvenes se han enfrentado a "una escena de caos, casi apocalíptica".
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